Dos láminas correderas de vidrio -a la derecha, en la imagen inferior- sustituyen desde ayer las pesadas hojas de madera de la puerta que cerraba el acceso desde el interior de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery al ala de despachos y la sacristía. El cambio de la puerta de madera por el cierre acristalado supone la eliminación de una barrera arquitectónica que sufrían especialmente los usuarios de sillas de ruedas: lo estrecho del paso y el estorbo que suponían las hojas de la antigua puerta hacían muy complicado el paso de las personas con movilidad reducida, obligadas a hacer tortuosas maniobras para superar el obstáculo. La parroquia de Sabugo, además, matará dos pájaros de un tiro pues ha decidido aprovechar las puertas de madera retiradas para construir un retablo que "vestirá" la pared de la capilla donde se adora la imagen de Santa Rita. Las puertas "recicladas" -en la imagen superior el momento en que fueron sacadas ayer del templo- tienen unos tres metros de altura y más de un metro de anchura cada una.