Era la primera vez que competían en un certamen nacional de dominó y consiguieron el bronce. En la jerga de este juego, fueron los vencedores del grupo C. Son de Luanco y forman parte del club "Amigos del dominó" de Carreño. Luisma Cardeli y Agustín Leal aseguran que la tensión que vivieron durante el XXVI Campeonato de España, celebrado en Jaén a principios de mes, mereció la pena. "Fue una gran alegría", indica Cardeli, que no recuerda la ficha con la que concluyó la partida que les dio el tercer puesto al dejar a sus competidores sin opciones, pero sí su júbilo. "Les cerré", añade.
En el juego del dominó influye la suerte en el reparto de las fichas al principio de la partida. "Pero también requiere trabajar la memoria para saber qué fichas salieron y cuales no, saber jugar con el compañero y pensar, hay que pensar mucho, hay que saber administrar las fichas", destaca Leal. "Hay que meter la pata lo menos posible", añade su compañero.
Para poder participar en el campeonato de España, la pareja tuvo que clasificarse entre los primeros de la liga regular asturiana. Ese éxito les permitió "sellar el pasaporte" para Jaén y disputar el torneo el fin de semana del 8 al 10 de diciembre. La pareja de luanquinos está preparada de sobra, juegan entre dos y tres horas al día y lo suelen hacer en el centro polivalente de La Baragaña de Candás, donde se reúnen con otros miembros del club carreñense, entre los que está Joaquín Fernández, el presidente de "Amigos del dominó", que recibió en Jaén otro reconocimiento, en este caso, por la organización del campeonato de España por equipos celebrado en Candás el pasado mes de octubre.
Fernández lamenta que el dominó aún no esté federado, es decir, que no esté concebido como un deporte de forma oficial. Entiende que debería estar equiparado al ajedrez, una consideración que permitiría impartir clases en la materia. "Como no hay título de maestro, no se puede. No hay que identificar el dominó con el juego en un bar, es un juego que quiere llegar a deporte", señala el presidente del club carreñense.
En el bar, las reglas son mínimas y son pactadas por los jugadores al comienzo de la partida. Pero en los campeonatos como el de España, las normas son muy exigentes y su incumplimiento puede derivar en advertencias o, directamente, en una expulsión. "En Jaén, había 85 mesas a la vez jugando y siete árbitros paseando por todas ellas. Hubo varias tarjetas amarillas y rojas por incumplir las normas", indica Fernández.
"Las manos tienen que estar en todo momento debajo de la mesa, y cuando quieres usar una ficha solo puedes usar una mano y siempre la misma. La mirada ha de estar fija", destaca Leal. El tiempo para cada jugada es limitado, cada participante tiene veinte segundos para pensar qué ficha es la más idónea. "La intención es llegar a 350 tantos y las partidas duran una hora", relata Cardeli. Durante la partida tampoco se pueden colocar ni ordenar las fichas, las siete con las que comienza cada encuentro.
Pese a estas exigentes normas, Luanco cuenta con dos figuras del dominó que acuden habitualmente a Carreño para divertirse ante la falta de un colectivo propio en Gozón. Una pareja que promete seguir dando guerra sobre la mesa.
