Esperas de más de una hora en la sala de urgencias del centro de salud del Quirinal, ayer. El ambulatorio estuvo saturado durante casi toda la jornada ante el elevado número de pacientes, la inmensa mayoría de ellos con síntomas de gripe. La incapacidad para dar fluidez a las consultas hizo necesaria la convocatoria de un médico extra. De hecho, a las 21.00 horas el Quirinal había tratado a 304 pacientes: 275 presenciales y 25 en domicilios.

La gerencia del área sanitaria de Avilés y comarca estipula que, durante las jornadas festivas y en los fines de semana, en El Quirinal trabajen tres médicos -más uno en domicilios- y tres enfermeras. "Esto es así todos los fines de semana, ya sea diciembre, cuando la gripe es más virulenta, o agosto, que no hay casi nadie", señala Rosa Oliva, médico del Servicio de Atención Continuada (SAC) de Avilés. Según la facultativa, "ante la escasez de médicos de cabecera, lo que hace la gente es venir a urgencias y así terminamos saturados, con una gran carga de trabajo". Por ello, no son raros los comentarios que algunos de los pacientes vertían ayer, mientras esperaban. Fue el caso de Francisco López, que acudió al centro porque su hijo tenía fiebre: "Vengo con el peque y me ha tocado esperar una hora y media hasta que me atendieran". Una espera similar tuvo Esteban Salvador, que acompañó a su mujer, Josefina Cameán: "Llevo una hora y me he salido al calle porque están todos tapados y tosiendo y no me quiero contagiar".