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El milagro vecinal de Los Veneros

La recuperación de la capilla quemada en la Guerra Civil gracias al trabajo de los fieles cumple tres décadas: "La unión de un pueblo lo puede todo"

El milagro vecinal de Los Veneros

La capilla de Los Veneros, en la parroquia de Riberas, fue restaurada por los vecinos. El templo fue pasto de las llamas durante la Guerra Civil española y solo quedaban restos del edificio, que estaba completamente cubierto por la maleza. "Dos jóvenes, Miki López y el fallecido Roberto Trelles, descubrieron los restos de la capilla y, poco tiempo después, comenzaron los trabajos para su recuperación", señala José Manuel Díaz, más conocido como Pipo. Los vecinos trasladaron su deseo de recuperar el templo al párroco de entonces, José Manuel García, que actualmente es el cura de Candás.

"Hicimos una reunión en las escuelas y, más tarde, sextaferias para limpiarlo todo. Había una cerezal en el medio de la capilla y tuvimos que llevar un tractor para arrancarla", relata Díaz. Corrían los años 1987 y 1988 cuando los vecinos comenzaron a quedar los sábados para trabajar en las labores de desescombro y eliminación de la maleza. "Nos planteamos la reconstrucción y así lo hicimos. Éramos algo más de veinte personas trabajando casi todos los sábados. Si teníamos los materiales, estaba hecho y así fue", destaca Díaz, que destaca que no solo el párroco apoyó la actuación, sino también el alcalde de Soto del Barco por entonces, José Manuel Álvarez, que fue quien aportó los materiales para la reconstrucción de la capilla.

El Arzobispado también colaboró. Recomendó reforzar el arco toral del templo. "Nos comenzamos a documentar, a hablar con personas mayores que habían visto en pie la iglesia y comencé a hacer un croquis para hacer la obra. Hice de arquitecto", bromea Pipo Díaz, que está prejubilado como trabajador siderúrgico de Arcelor. Tras años y años de trabajo comunitario, los vecinos comprobaron que su labor había merecido la pena y, en 1992, la capilla volvió a abrir sus puertas. "La mayoría de los vecinos que colaboramos éramos de Los Veneros y Santolaya", señala. "Éramos un equipo de albañiles, carpinteros... que pedimos colaboración a todos los residentes de la zona y también a las empresas del concejo, que se portaron", añade. Una de las peculiaridades de la capilla de Los Veneros reconstruida es su techo. Una viga de una pieza de castaño es la base del tejado. "El altar fue donado por una marmolería", asegura Díaz.

La reinauguración de la capilla fue el 10 de diciembre de 1992. Estuvo presente el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán. Cuando el templo cumplió quince años tras su recuperación recibió la visita del arzobispo Carlos Osoro que, según Díaz, dijo a su llegada a Los Veneros: "Es la primera placa que me ponen en Asturias".

La revista de las fiestas de esta pequeña localidad mostraba en cada edición los trabajos que se habían realizado en favor del templo. "Aprovechando aquella unión vecinal, también nos dio por construir una bolera de batiente y un puente y nos presentamos a la candidatura de Pueblo Ejemplar y nada, no ganamos", señala José Manuel Díaz, mientras recuerda a algunas de las personas que se emplearon a fondo en los trabajos como Ignacio Martínez o Rodolfo González, sin olvidar a Miki López, jefe de fotografía en este periódico, y al fallecido Roberto Trelles, entre otros.

"Éramos muchos y demostramos que cuando un pueblo se empeña en reconstruir sea una capilla o una catedral, se reconstruye", destaca Díaz, que guarda con cariño decenas de imágenes del antes y después de aquella obra vecinal que unió a Los Veneros y localidades del entorno. Lo próximo será una exposición de fotos en la también recuperada escuela del pueblo, concluye José Manuel Díaz, uno de los impulsores de la iniciativa.

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