El público que ayer llenó el polideportivo de Luanco, puesto en pie, y Emilio García en la cancha, atento, como siempre. Sobre un escenario improvisado, van pasando una a una fotos de su etapa como entrenador de baloncesto, también alguna de jugador. Treinta años dirigiendo clubes y más clubes dan para mucho, para dar cariño a sus pupilos y para enseñarles a ser competitivos en la pista. "Era un entrenador exigente y nos inculcó valores", afirma Félix González, uno de sus jugadores de aquella generación de cadetes que ganó con Emilio al mando el campeonato de Asturias en 1995 y que se enfrentó al Barcelona de Pau Gasol en Málaga. El entrenador, que dejó su carrera deportiva la pasada temporada, no intervino en el acto pero tampoco hizo falta, sus ojos lo decían todo. Estaba emocionado y sus compañeros en las labores técnicas, jugadores, amigos y representantes de los clubes, también.

La música corrió a cargo de "Viernes 13". Emilio acabó por subir al escenario y se levantó de su silla de ruedas para saludar. Representantes de varios clubes de Avilés, Oviedo y el Villa de Luanco y el colegio Santo Tomás, donde dio clase, entre otros, quisieron tener un detalle con el entrenador. También jugadoras como Olaya Giradás y Andrea González leyeron unas emotivas palabras hacia un entrenador exigente y apasionado que durante 30 años conquistó el corazón de los amantes del baloncesto.