El plan de reforma de la depuradora de Maqua desvelado ayer por LA NUEVA ESPAÑA, que culpa al "mal estado del alcantarillado" en Avilés de la alta salinidad del agua que llega a la planta, provocó una intensa polvareda política. El gobierno socialista tildó de "chiste" achacar a la red de saneamiento local los problemas en las instalaciones, que tendrán obras por valor de 39.826.063,88 euros, el doble de lo que costó construirlas hace tres lustros. "Si la cuestión es la entrada de agua marina, los técnicos del Ayuntamiento lo pueden hacer por una décima parte de lo que lo tienen presupuestado", retó el portavoz y concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga.

El edil explicó que las obras de reforma de la depuradora se deben a que, en su momento, no se tuvieron en cuenta "las afecciones de aguas marinas". Y añadió que desconoce los pormenores del anteproyecto de reforma "porque nadie de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico se ha comunicado con nadie del Ayuntamiento: ni político, ni técnico". Pero, en todo caso, el gobierno local cuenta con un informe de la dirección general de Obras Hidráulicas del Principado en el que se analizaron las redes principales y también los interceptores generales.

Según Fernández Huerga, "el resultado del informe del Principado es que, por ejemplo, entra agua marina al Tuluergo si la marea sube de los 2,47 metros". "Y lo que tenía que suceder es lo contrario, es decir, debía aliviar el río en la ría. Se da la circunstancia de que este aliviadero lo diseñó la Confederación y no nosotros. En el informe del Principado se estudiaron 65 pozos tanto del Ayuntamiento como de la Autoridad Portuaria. La conclusión es que hay presencia de agua marina en algunos de ellos, pero la que hay no supera el nivel de tolerancia", añadió el concejal, para inmediatamente después, dejar claro que está dispuesto "a dar todos los detalles" sobre el estado del alcantarillado.

La oposición, sin embargo, recibió con asombro e indignación el documento desvelado por este periódico. Carlos Rodríguez de la Torre, portavoz del Partido Popular (PP), aseguró que la gigantesca partida presupuestaria para la reforma de la depuradora tiene un responsable: "La desidia de la administración local, que no ha diseñado las obras como debía". "Por eso, tiene que venir al rescate la Confederación Hidrográfica por medio de los Presupuestos Generales. "Es el Gobierno de España el que tiene que resolver el problema", se lamentó el portavoz popular.

David Salcines, portavoz de Somos en el Ayuntamiento, no sólo cargó contra la situación en que se encuentra el saneamiento avilesino -más de dos décadas en el candelero-, también anunció la petición de un informe técnico que explique qué sucede en el subsuelo avilesino. "El plan de saneamiento que se diseñó en época de Santiago Rodríguez Vega como Alcalde por distintas administraciones, ha sido un fracaso: lo ha sido desde el punto de vista industrial y también humano. ¿Cómo se construyó una depuradora que incumplía ya en 2004 lo que decían las leyes europeas?", se preguntó el concejal.

"Vamos a pedir un informe sobre el grado de conocimiento que tenemos en el Ayuntamiento de lo que dice ahora Confederación y qué planes hay para hacer frente a los problemas de las aguas marinas. En todo caso, es una vergüenza que la obra haya costado 19 millones y que su adaptación a unas leyes nos vayan a costar el doble", añadió. "Es un engaño", concluyó.

Llarina González, portavoz de Izquierda Unida (IU), calificó la situación como "escándalo". "La reforma va a costar el doble que la obra original", se lamentó. "Esto sólo tiene una explicación: una mala planificación desde el origen; una construcción a base de pequeños parches, en lugar de una actuación global", destacó la concejala.

Carmen Pérez Soberón, portavoz de Ciudadanos, fue por ese camino: "¿Qué podemos decir? Que todo lo relacionado con este proyecto es un fracaso muy grande. Ya sospechamos que la infraestructura no estaba bien rematada. Que el entramado general no funcionaba y que el retraso en su apertura y las constantes peleas administrativas era imposible de coordinar".

Agustín Sánchez, portavoz de Ganemos, hizo un resumen "de más de veinte años a salto de mata". "Se han hecho un montón de proyectos parciales, como si fueran piezas de rompecabezas, y ahora descubrimos que no encajan. Esperemos que no haya problemas con la conexión industrial, porque los demás los tenemos todos", destacó.