"Le estuvo dando patadas durante varios minutos". Los testigos de la brutal paliza que recibió hace una semana el exvendedor de cupones Aladino López, de 57 años, en la calle Pablo Iglesias de Piedras Blancas, explican que el joven A. G. G., de 18 años, en prisión como presunto autor de los hechos, estuvo pateando al exvendedor de la Once en la cabeza durante un tiempo "que se hizo eterno".

Aladino López entró a la panadería sobre las cinco de la mañana y pidió un cruasán. "Mi hermano viene pronto a hacer el pan y deja la puerta abierta porque hay trabajadores que vienen a comprar a esas horas. Aladino López viene a veces, mi hermano lo conoce", relató ayer Ana Belén Coto, hermana del panadero que atendió a los dos hombres la madrugada del martes 3 de enero, justo antes de la agresión. "Después, entró el joven. Mi hermano le dio un cruasán y no le cobró, le dijo que saliera", explicó la mujer.

"Después oyó un ruido y salió fuera. Vio a Aladino sangrando y le dijo a A. G. G. que parara, entró dentro de la panadería y llamó al 112. Cuando llegó la Policía Local y la Guardia Civil, el guaje escapó, se debió de esconder en alguna parte", señaló Ana Belén Coto que asegura que su hermano aún sigue angustiado. Como consecuencia de la brutal paliza, Aladino López sigue luchando por su vida en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) bajo un coma inducido. El hombre sufre heridas de consideración, sobre todo, en la cara. El supuesto agresor fue detenido por la Guardia Civil tres días después de los hechos gracias a varias cámaras de seguridad y se encuentra en prisión por orden judicial.

A. G. G., vecino de Piedras Blancas, y Aladino López coincidieron a lo largo de la noche y la madrugada del 2 al 3 de enero en varios locales de copas de Piedras Blancas, según testigos. Cuando llegaron a la panadería sobre las cinco de la mañana, el joven, supuestamente, iba de retirada, ya que reside cerca de la calle Pablo Iglesias, según indicaron ayer vecinos de la capital castrillonense.

Aladino López procede de San Adriano, donde vivió con su madre y sus cuatro hermanos. Muy conocido en Castrillón, sufre una minusvalía por la que entró a trabajar en la Once, donde estuvo mucho tiempo recorriendo todo el concejo, incluido el Aeropuerto.

El carácter del exvendedor de la Once es "agrio", según varios vecinos, que también tachan de "broncas" al joven A. G. G. Aunque, según fuentes próximas a la investigación, el supuesto autor de la paliza no ha tenido hasta la fecha "encontronazos con la justicia".

La Guardia Civil que investiga los hechos trata de dilucidar las causas que llevaron a A. G. G. a "moler a patadas" a López "tras una noche más de juerga". La brutal paliza lleva siendo tema de conversación de muchos vecinos de Piedras Blancas desde que el pasado día de Reyes conocieron la detención del joven de la localidad, ya que se trata de dos vecinos "de aquí de toda la vida".