Medio jamón, un par de ristras de chorizos, algo de panceta, diez botes de laca, dos planchas alisadoras de pelo y varias tijeras. Esto es parte del botín sustraído por el autor o autores de cuatro robos durante la madrugada de ayer en Llaranes y aledaños. Los negocios afectados, tres peluquerías de La Espina y una carnicería en la parte antigua del barrio, esperan que en los próximos días salgan a la luz más denuncias de afectados. "Algunos vecinos vieron a un tipo encapuchado subir la calle. Comentan que reventó también un coche y que intentó entrar en un domicilio", aseguró Jorge Luis Busto, propietario del negocio atracado en Llaranes Viejo.

Los dueños de los comercios asaltados suponen, por la hora en la que cada uno recibió el aviso policial de la intrusión, que la primera parada del caco fue en las dos peluquerías ubicadas en la calle La Toba, en La Espina. Ángeles Palomino, dueña de uno de los establecimientos, lamentó, sobre todo, la pérdida de su máquina registradora: "En vez de llevarse los 100 euros de cambio que tenía dentro, el chaval cortó el cable y arrampló con todo. Se ve que tenía prisa".

La mujer listó con precisión el resto de material sustraído: diez botes de laca y otros diez de espuma, cinco secadores "de los buenos", dos planchas de pelo de gama alta y una bolsa de plástico con otros cinco secadores de recambio para el trabajo, aunque estos últimos aparecieron horas más tarde abandonados en un descampado. Para entrar, el ladrón reventó la placa de aluminio que forra la puerta. "Si eran varios, al menos uno de ellos tiene que ser como un alfiler porque el hueco para pasar era muy justo", apuntó la dueña.

Carlos Ramos, propietario de la peluquería de al lado, descubrió su local "patas arriba" y su puerta reventada con la tapa de una alcantarilla. El ladrón se llevó el cajón de la registradora y material de trabajo. "Me robó algunas maquinillas de pelo, tijeras profesionales y secadores de mano", resumió. Más que el atraco en sí, lo que a Ramos le molestó especialmente fue perder la clientela de la mañana. "No se dan cuenta de que con este tipo de botín no van a ganar gran cosa y que a nosotros, sin embargo, nos hacen una faena tremenda al impedirnos trabajar", lamentó.

La tercera peluquería asaltada, situada en frente de las dos primeras, tenía ayer un tablón de madera cubriendo el escaparate, reventado también con la tapa de una alcantarilla. No obstante, al menos según Palomino, el local se libró del atraco porque el sonido de la alarma espantó, al parecer, a los ladrones.

En Llaranes Viejo hay una pequeña carnicería haciendo esquina. Su propietario, Jorge Luis Busto, explicó que le robaron medio jamón, panceta y chorizos. "Molesta más el estropicio que lo que se llevan. Reventarme el local para llevarse medio jamón casi parece una broma. Y es la quinta vez que me pasa en lo que va de año", lamentó. Según el carnicero, una vecina vio a la hora del atraco a un "encapuchado alto y flaco".