Las máquinas han vuelto al hotel Esperanza de Salinas. Siete años después de que se paralizaran las obras de rehabilitación del edificio, ayer comenzaron los trabajos para transformar el antiguo hotel en una residencia para mayores. Durante gran parte de la mañana estuvo cortada la calle Luis Muñiz mientras se instalaba una grúa de grandes dimensiones. La vía se abrió por la tarde.

El emblemático y centenario edificio acogerá un geriátrico con 50 plazas que está previsto que abra a mediados del próximo año. La empresa familiar que regentan los hermanos Juan, Pedro y Rocío Corrales Braña, Promociones Corrales Braña (Procobra), es la constructora encargada de acometer las obras de rehabilitación y de gestionar la futura residencia. La compañía también gestiona otros dos geriátricos en la comarca, los de San Telmo y San Juan en La Arena (Soto del Barco).

Los promotores sostienen que se mantendrán las icónicas fachadas del hotel Esperanza y se construirán dos bloques, uno de bajo y cuatro alturas y otro de bajo y tres alturas. Cuando el geriátrico esté a pleno rendimiento permitirá la creación de unos 25 puestos de trabajo directos e indirectos.

El hotel Esperanza se construyó en 1920 con el arranque de Salinas como localidad turística. Durante la Guerra Civil española, se utilizó como hospital de campaña y, durante un tiempo, como escuela. El edifico funcionó como establecimiento hotelero hasta hace pocos años.

Tras el cierre del hotel, en 2011 comenzaron los trabajos de rehabilitación del inmueble, pero se paralizaron a los pocos meses. La constructora que se hizo entonces con el establecimiento proyectaba construir apartamentos turísticos.

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado "banco malo", se hizo con la propiedad del inmueble hace dos años. El edificio fue transferido al "banco malo" por la entidad bancaria, que asumió la propiedad después de financiar la fallida rehabilitación inicial del antiguo hotel.

En los últimos años, el mal estado de conservación de los restos del edificio fueron motivo de crítica de los vecinos por la falta de seguridad y por el aspecto del inmueble en el centro de Salinas. Las ratas, la basura y la maleza se hicieron con el solar en el que incluso hubo pequeños conatos de incendio por la suciedad que acumulaba.