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La tribuna de Miramar sufre "caída de piedras y goteras", denuncia el presidente del Marino

Luis Gallego advierte de la dificultad para renovar el campo, "que está envejecido", por el alto coste que suponen las obras

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Las deficiencias del campo del Marino de Luanco

El campo de Miramar ha superado el medio siglo de vida y ya cuenta con "demasiados" achaques. Al margen de las conocidas humedades de los vestuarios y de las goteras, el problema ha cambiado ahora de banda para situarse en la zona de la tribuna. El habitáculo reservado para la prensa, donde cada quince días se colocan, sobre todo, los medios radiofónicos, tiene el techo desconchado. "Si estás en la tribuna de Miramar, cuidado, caen pequeñas piedras y hay goteras", resume el presidente del club azulón, Luis Gallego. "Cuando llueve hay que usar paraguas, no solo para evitar las goteras, sino algunas piedras pequeñas que se desprenden del techo". añade.

La directiva del Marino de Luanco admite que la solución a las humedades y goteras del techo que cubre la tribuna "es difícil", más que nada, porque requiere un alto coste económico. "El campo de Miramar está envejecido, tiene 52 años, y no está así por falta de mantenimiento sino, precisamente, porque el paso del tiempo deja su huella", destaca Gallego, que señala además que los técnicos municipales ya han acudido al campo municipal para conocer el alcance de los daños. La zona en la que cayeron las piedras está acordonada por una cinta policial y, a su lado, los paneles de poliuretano ubicados en los laterales de la tribuna están rotos.

Gallego no quiere olvidarse del estado en el que se encuentran las redes que rodean el campo de Miramar. Fueron colocadas en 2001, el año que el club marinista recibió al Deportivo de La Coruña en Copa del Rey. "Están rotas, no hay más que mirarlas", apunta el presidente marinista. Lo dice mientras recuerda las subvenciones extra que el club recibió del Ayuntamiento, con las que se reformó la zona de la tribuna, el techo de la secretaría del campo y un lavado de cara a los vestuarios.

"Estos asientos cumplen en junio 22 años, también invertimos ese dinero en el riego automático y en otras actuaciones para mejorar el campo", destaca Gallego, que confía en que algún día, el dinero vuelva a aflorar en el concejo para poder solucionar los problemas de las instalaciones deportivas. "La rehabilitación del polideportivo es necesaria, no voy a decir lo contrario, pero también es prioritario renovar el césped artificial de Balbín, que se esperaba otra vez para 2018 pero no llegará ni para 2020", critica el presidente marinista. Y concluye: "Siempre hablan de inversiones, pero ningún miembro de la Corporación se acuerda de Miramar".

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