"La tecnología que apoya el estudio del ADN está avanzando a un ritmo enorme. En apenas seis años, pruebas que valían 15.000 euros, se pueden hacer ahora por mil", señaló ayer José Antonio Lorente Acosta, catedrático de la Universidad de Granada y director científico del centro de investigación Genyo, el parque tecnológico de la salud de la localidad andaluza, en una charla organizada por la Asociación La Serrana.

La tecnología no solo ha abaratado los procesos de estudio genético, sino que ha abierto un campo enorme de posibilidades. Ayer, el doctor explicó tres de las utilidades de estos estudios, basándose en la experiencia que ha tenido en su trabajo a lo largo de estos años. Una de ellas está en la genética aplicada a la medicina. "Cada vez está más implantada y en poco tiempo la esperanza de vida, ahora en unos ochenta años, podría aumentar hasta los cien. Se trata de predecir, además de prevenir. Conociendo a qué enfermedades somos más propensos podemos prevenirlas mejor, adaptar la prevención a cada persona", señaló Lorente. Afirmó que cada día se usa más, aunque hay que encontrar fórmulas para que los protocolos lleguen a todos los médicos.

Otra vertiente del estudio del ADN está en la criminología. "Ahora no solo se comparan las muestras; de una gota de sangre se puede saber el color del cabello de una persona, el color de la piel, rasgos geolocalizadores, y así identificar unos restos o a un posible delincuente", comentó el doctor. En ese sentido se trabaja en la tercera faceta, la de la identificación de personajes históricos: "En uno de los proyectos vamos a investigar sobre los restos de Da Vinci y preparamos otro para Cristóbal Colón. Quién sabe si por fin conoceremos su origen".