"Van a regenerar la duna por sexta vez y el agua se la va a volver a llevar". Habla Fran Muñiz, vicepresidente de la asociación de vecinos "Enlaze", para referirse a las obras de recolocación de los áridos para proteger las viviendas y garajes de Zeluán ante las inundaciones provocadas por las mareas procedentes de la ría de Avilés. Lo dice después de que una empresa finalizara los trabajos de refuerzo del muro del paseo que rodea el arenal con hormigón. Colocó piedras para dar más estabilidad al muro, que había vencido en algunos tramos por acción de las mareas.

Los vecinos de Zeluán sostienen que el problema de las inundaciones se solventaría con la construcción de una escollera, pero no la que está prevista en el canal habilitado para canalizar las aguas que provienen de la ría de Avilés. "Queremos una escollera larga en la que rompan las olas, desde el muro de la carretera hasta el fin de la playa, así no habría inundaciones ni nada", indica Muñiz. A su lado, el presidente de la asociación vecinal, Agustín García, afirma que esa escollera debería habilitarse en curva de acuerdo con el movimiento de las aguas que bañan el arenal de la localidad.

Los vecinos valoran la voluntad que el Principado y la Autoridad Portuaria están poniendo en intentar solucionar el problema de las inundaciones, sin embargo, también piden que les hagan caso. "Si colocan la escollera tal y como explicamos, no habrá ningún problema", afirma García. El resto de vecinos reunidos ayer junto al paseo de Zeluán lo corroboran. El tesorero de la entidad vecinal de Laviana, Amado González, añade: "Necesitamos una escollera consistente, de piedra, y no lo que quieren hacer".

Fran Muñiz habla después de que la negativa de las administraciones a ejecutar esa obra se centra en que la zona está enmarcada dentro del Monumento Natural de Zeluán. "Esa actuación puede llevarse a cabo porque no afectaría a la flora y la fauna de la zona y además permitiría garantizar la seguridad de los vecinos del pueblo", destaca César Muñiz, acompañado por su mujer María del Pilar Piquín. Minutos después, en otro corrillo improvisado, Javier Saldaña, afirma estar harto de que, cada poco, haya problemas de filtraciones de agua en el pueblo. "Estamos cansados de tener que sacar los coches del garaje -por culpa de las inundaciones-", destaca.

Los vecinos añoran aquellos tiempos en los que el paseo estaba aislado de la arena y no existían las inundaciones. Con el paso de los años, los áridos se han ido acumulado en la playa y han conseguido que el arenal esté casi a la altura de los garajes y de la barandilla que separa la playa del parque infantil, con el consiguiente riesgo para los vecinos. Desde 2014, cuando se regeneró por primera vez la duna, los residentes han sufrido varias inundaciones. Esa obra se ha repetido hasta en cinco ocasiones desde entonces y siempre ha tenido el mismo resultado, las mareas terminan por erosionar los áridos, se genera más arena y, por lo tanto, el entorno es más proclive a que las calles y viviendas queden anegadas por la acción del mar. "Por eso, es necesaria la escollera, necesitamos algo que frene las mareas, que sea consistente y definitivo", concluye el presidente de la asociación de vecinos "Enlaze".