La caída de tensión que dejó sin electricidad el pasado miércoles a todo el complejo de Arcelor-Mittal en Avilés, causa de la gran humareda negra que emitieron las baterías de coque, se debió a unos daños en una línea eléctrica por la tala de un árbol en el concejo de Gijón. La multinacional señaló ayer por vía oficial, "tras las investigaciones oportunas", que esa tala la realizó "una empresa o persona externa y sin ninguna relación con la compañía, que impactó en una de las líneas en el Monte Areo". La firma no descarta denunciar a los causantes de estos daños. "Los servicios jurídicos están estudiando el ejercicio de las correspondientes acciones legales", señaló un portavoz de Arcelor-Mittal.

El complejo siderúrgico de Arcelor en Avilés se alimenta de electricidad a través de una línea de alta tensión que parte de Gijón. Fuentes de la compañía sostienen que ese cableado sufrió daños por el golpe de árbol durante unos trabajos de tala realizados sin autorización. "Se produjo un picotazo sobre el cable, lo que generó un pico de tensión muy alto, que hizo que se viniera abajo, como cuando saltan los plomos en una casa. Se intentó volver a meter tensión dentro de la red, pero volvió a saltar. Ese golpe en la línea al caer el árbol produjo un pico de tensión muy alto y el corte en toda la factoría de Avilés", explicaron fuentes de la siderúrgica.

La compañía defendió desde el primer momento que este último accidente ambiental, por el que el Principado le ha abierto un nuevo expediente, no tenía relación con avería alguna. Esa caída de tensión hizo que las baterías, como el resto de instalaciones, se quedaran sin energía eléctrica y, por eso, se activó el mecanismo de seguridad de la quema de gas en las antorchas, para evitar problemas de sobrepresión.

¿Y cómo se detectó que el origen del incidente estaba en una tala en un monte gijonés? "Se revisaron todas las estaciones y subestaciones eléctricas. Cuando se comprueba que dentro de la factoría no está el problema, empieza el examen en el exterior, con la revisión de todas las líneas de tensión", explicaron las mismas fuentes.

La compañía sostiene que la línea afectada está en una zona de servidumbre en la que "nadie puede entrar" y mucho menos realizar trabajo alguno. "Nosotros pagamos por tener esa área de protección alrededor de la línea de lata tensión. Lo que ocurrió fue algo totalmente inusual, una tala incontrolada", explicó el mismo portavoz de Arcelor-Mittal.

La compañía incidió así en que la causa última de la gran nube negra que alarmó a los avilesinos el pasado miércoles por la tarde es "completamente ajena a la compañía". El Principado abrió un expediente a la multinacional por este último episodio, pero la directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, fue cauta desde el primer momento. "Las baterías son antiguas, tienen fecha de caducidad y se están construyendo las nuevas baterías de Gijón. De cualquier manera, ese incidente pudo tener relación con la edad de la instalación o simplemente por un corte de corriente. Eso es lo que hay que averiguar", dijo.

Arcelor-Mittal comunicó ayer mismo al Principado vía telefónica la causa de la caída de tensión y presentará el informe definitivo del incidente en unos días, según anunció.