Julio Pardo, el confitero al que un jurado ha considerado culpable del asesinato de su mujer en enero de 2016, ingresó este lunes en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tras mostrar "síntomas de desorientación" en su celda, según informaron ayer fuentes penitenciarias. También explicaron que su estado, que por el momento no reviste mayor gravedad, podría responder -a la espera de mayores pruebas médicas- a una posible intoxicación, aunque el paciente se niega a reconocer si trató de quitarse o no la vida consumiendo alguna sustancia peligrosa.

Su abogado, Félix Guisasola, fue ayer a visitarle al hospital. "Sus padres no podían venir porque están de viaje. A mí no me dejaron hablar con él porque no estaba del todo consciente, pero me dijeron que está bien, en la planta penitenciaria, así que su vida no corre peligro. Parece que los síntomas pueden deberse a una intoxicación, pero él no ha llegado a explicar si consumió algo o no, así que tendremos que esperar a que le den el alta", resumió.

Según explicaciones que el compañero de celda del pastelero dio a fuentes penitenciarias, Pardo se habría caído de su litera a mitad de la noche este lunes. "Su compañero dice que le escuchó caerse pero que se volvió a subir a la cama como si no hubiese pasado nada, así que ahora queda abierta la posibilidad de que al día siguiente se encontrase mal a causa del golpe", apuntan. El personal de la cárcel lo encontró a media tarde en su celda con "signos de desorientación y muy mareado" y, tras la llegada de los servicios médicos, fue trasladado al HUCA.

Estas mismas fuentes reconocieron que las causas del ingreso "siguen sin estar claras" debido a que el paciente "se negó a hablar con funcionarios y personal médico" para reconocer si consumió conscientemente alguna sustancia tóxica. En cuanto reciba el alta médica, Pardo regresará a su celda a la espera de conocer su condena por haber matado a golpes a su mujer en su vivienda del barrio avilesino del Carbayedo.