El precio del cinc se encuentra actualmente a niveles anteriores a la crisis, esto es, a más de 3.500 euros la tonelada. Esta situación no hace más que enriquecer la posición mundial de la fábrica de Asturiana de Zinc (Azsa) de San Juan de Nieva.

La cotización del metal en la bolsa bordea los tiempos dorados, los de hace una década. La razón es el descenso de existencias, o sea, la carencia de materia prima en el mercado. Esta situación contrasta con el incremento de la demanda, principalmente, de países del Lejano Oeste.

La fábrica castrillonense es una de las mayores del mundo y la principal de Europa. Además, es una de las joyas de la corona de la corporación industrial Glencore que controla el mercado mundial de esta materia prima por dos razones: porque posee los yacimientos minerales más importantes del planeta y también una de las fundidoras más productivas: la de San Juan de Nieva.

La edad de Oro que está viviendo el cinc tiene también su reflejo en la Bolsa de Metales de Londres (que es quien regula su comercio). Esta semana el precio se incrementó un 2,1 por ciento. El precio del metal que se manufactura en Azsa, que se utiliza, principalmente, para galvanizar acero, ha subido un 150 por ciento desde principios de 2016.