"El Antroxu y su temática bestializa a la población negra de África. Nos reduce a caníbales y analfabetos, cuando en realidad, antes del colonialismo, muchas tribus eran muy avanzadas", asegura Dulce Gomes, miembro del colectivo EFAE (Empoderamiento femenino afrodescendiente en España) a raíz de la temática del Antroxu de este año, centrada en el continente vecino.

La joven de 19 años y residente en Avilés critica con dureza la temática de los disfraces de las próximas fiestas. "Son un gran estereotipo y reducen nuestra cultura a una burla. Es ofensivo", critica la mujer, nacida en Portugal, pero de ascendencia guineana. "Es ridículo porque África es muy extenso y no todo el mundo vive en tribus, pero es la idea que se genera con estas cosas", se lamenta.

"Habrá gente que estas reclamaciones las califique de tonterías, pero serán personas que nunca han sido discriminadas por motivo de su cultura", explica Gomes, que detalla casos en los que se ha sentido señalada por su color de piel. "De niña he tenido que aguantar muchas bromas, que si corro mucho porque mis padres iban delante de los leones, que si vine en patera. Convertir todos estos estereotipos en una fiesta es meter el dedo en la herida", explica. "Esto pasa en todos los carnavales de todas las ciudades y hace que no nos sintamos incluidos. Toman nuestra historia como una mofa", completa, aunque matizando que "en Avilés siempre me he sentido aceptada".

En su argumentación, la activista compara la temática africana del Antroxu con otros disfraces de otras razas y etnias, como las geishas japonesas o los trajes de gitana. "¿Cuánta gente se disfraza de esto sin tener en realidad idea de lo que significa?", se pregunta. "No está bien disfrazarse de una cultura que no es la tuya", apuntilla, completando su tesis: "Esto es extensivo para las personas no blancas también, un negro no se puede vestir de asiático, no ser blanco no impide que puedas ofender a alguien".

Gomes también asume las críticas y entiende que habrá quien le responda que el disfraz elegido entra dentro de los gustos personales, de la esfera privada de cada uno. "Habrá gente que diga que es libertad de expresión, pero hace unos años el anuncio del Cola Cao, el que cantaba yo aquel negrito de la África Tropical, también era libertad de expresión y la gente no era consciente de las tropelías que se cometieron allí", explica.

La integrante de la EFAE también asume que sus proclamas pueden resultar polémicas y que habrá gente que se le eche encima: "No es polemizar lo que busco, me gustaría poder abrir un debate y que el público fuera más empático con la cuestión". No obstante, se muestra pesimista. "Para este año ya no hay nada que hacer porque no hay margen de maniobra pero espero que para la próxima edición se tenga más en cuenta porque nuestra cultura no es algo estético", finaliza Gomes.