"Nadie que no haya estado en la calle puede comprender a una persona sin hogar. Yo soy una persona sin recursos y por eso puedo ayudar". Así de clara se mostró ayer Adriana Arias, una de las voluntarias de la Fraternidad de Francisco, el centro impulsado por el Padre Ángel para personas necesitadas. El local, situado en la calle Ruiz Gómez, incorporó ayer a sus primeros voluntarios, con experiencia en situaciones de falta de recursos para poder ayudar a los necesitados que acudan a la sede del nuevo punto de ayuda.

Como ya explicó el conocido sacerdote de Mieres el pasado diciembre, el objetivo es mantener la oficina abierta las 24 horas del día. No obstante, el horario por ahora más reducido: de 10.00 a 12.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas. "Cuando tengamos más voluntarios pretendemos ofrecer más ayuda. Estamos buscando gente que quiera colaborar con esta iniciativa", apuntó Beatriz Maldonado, coordinadora de voluntarios de la Fraternidad de Francisco.

El propósito de la oficina es completar su plantel con profesionales médicos y abogados. De momento, cuentan con personas que pueden aportar su experiencia en situaciones límites. Aparte de Adriana Arias, está Gerardo Salas, todo un veterano de la beneficencia. "He colaborado con Cáritas, Cruz Roja y Asuntos Sociales de Castrillón y pretendo aportar mi tiempo por las mañanas aquí", señaló el voluntario, quien también sabe lo que es pasarlo mal. "En 2007, me quedé en el paro y empleé todo mi dinero en hacerme cargo de mi hijo. Las situaciones complicadas son etapas y de todo se puede salir si recibes ayuda. Muchas veces, que alguien te escuche, que se tome un café contigo, te puede resolver muchos problemas", argumentó Salas, una persona consciente de que la ayuda, llama a la ayuda.