La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dos discípulos de Koldo Miranda abren de nuevo el restaurante de La Cruz de Illas

Pablo Montero y Begoña Martínez vuelven a la cocina que unió sus vidas para liderar un proyecto gastronómico basado en los sabores de la tierra

Begoña Martínez y Pablo Montero. MARA VILLAMUZA

La comarca suma desde esta semana un nuevo local a su oferta de restauración con la reapertura bajo nueva dirección del antiguo restaurante de Koldo Miranda -que llegó a tener una estrella Michelin- en La Cruz de Illas. Los empresarios que se hacen cargo del local son Pablo Montero, natural de Mieres, y Begoña Martínez, oriunda del País Vasco, ambos, curtidos en el oficio de la restauración en afamados restaurantes entre los que cabe citar El Bulli (Ferran Adrià), Mugaritz (Andoni Luis Aduriz), Calima (Dani García) o el londinense The Fat Duck.

La pareja, que lo es en tanto en la cocina como en la vida privada, ha llamado al nuevo restaurante Gunea, una palabra que en euskera significa "el sitio". La elección fue fácil pues el restaurante de la Cruz de Illas fue el sitio donde ambos se conocieron cuando, en sus inicios como cocineros, coincidieron trabajando a las órdenes de Koldo Miranda, actualmente asentado en Colombia.

"Después del paso por Koldo Miranda, continuamos nuestra formación, a veces juntos y a veces separados, con otros maestros de la cocina española. Hace un año yo abrí en Madrid una taberna, Recreo, que funciona muy bien y llegó un momento en que nos apeteció volver al norte de donde procedemos ambos y, a la vez, subir un peldaño y regentar nuestro propio restaurante. Y aquí estamos", explica Pablo Montero.

Begoña Martínez compaginó estancias en restaurantes con proyectos de investigación alimentario, como uno que desarrolló en el centro tecnológico de innovación marina y alimentaria AZTI, con sede en el País Vasco. También se formó en panadería y repostería, lo que la convierte en la reina indiscutible del apartado dulce de la carta de Gunea.

La pareja, que ya ha encendido los fogones de su proyecto en La Cruz de Illas, oferta una carta dividida en dos bloques, un primero a base de entrantes y otro de platos más "contundentes". En cualquiera de los casos, el objetivo es dar de comer productos de la tierra tratados al modo tradicional y potenciando los sabores. "Aspiramos a ser un restaurante de aldea donde todo tipo de gente venga a disfrutar de la comida y pasar un rato agradable", asegura el cocinero.

Compartir el artículo

stats