Lo que hay bajo el agua y delante de la bocana de la ría es el Cañón de Avilés, un tesoro que, según explicó ayer Javier Cristobo, el director del Centro Oceanográfico de Gijón, tienen que defender pescadores y biólogos.

Cristobo explicó ayer en el salón de actos de un céntrico hotel que parte de la fauna que se esconde en los valles submarinos asturianos son "sistemas vulnerables, campos de esponjas o corales de aguas frías". Más allá de su valor zoológico, Cristobo destacó su condición de escondite de las larvas de los peces comerciales que nadan frente a la ría, es decir, los susceptibles de ser pescados. "Escondidas, están protegidas de sus depredadores. O sea, en los campos de esponjas comienzan a crecer para poder ser pescados más adelante", señaló el científico.

Los pescadores que se internan en el Cañón de Avilés lo hacen para hacerse, principalmente, con merluzas, pixines o lochas. Estos animales pueblan las aguas que anegan "el sistema de valles que nacen a partir de una falla cuyo inicio está en el centro de la Península", explicó el biólogo. Pero no sólo hay pesca comestible. También se esconde el calamar gigante, el tiburón de profundidad... "Estos son pequeños. No llegan a dos metros", destacó el científico. También se pueden encontrar animales como el pez luna. La riqueza biológica de la zona es más que evidente. Pero no sólo en el Cañón de Avilés. Cristobo también habló del monte Cachucho, que está frente a la localidad asturiana de Ribadesella. "Son dos áreas con una orografía y unas morfología muy diversas, pero ambas tienen la particularidad de generar zonas ricas de pesca", explicó el director del Oceanográfico. El más singular es el Cañón de Avilés. "Después de estos años de estudio creo que es más acertado hablar de un sistema de valles: al de Avilés se une el Corbiero y La Gaviera. Lo hacen casi en la llanura abisal", explicó Cristobo. Esta llanura es el fondo. El Cañón empieza a descender de 120 metros a casi 5.000 metros. "Esto lo coloca entre los más destacados del mundo".

Los científicos del Oceanográfico llevan años tratando de explicar y desvelar todos los secretos que se esconden a sólo unas millas mar adentro. Todo esto será materia para el museo que el Puerto de Avilés está diseñando para la localidad de San Juan de Nieva. El salón de actos en el que Cristobo pronunció su charla contó con una exposición de imágenes de cada uno de los aspectos más señalados que se esconden en el Cañón de Avilés o el Cachucho. Sobre todo, sus peces comerciales.