La primera vez que Miguel Herrero se subió a un escenario lo hizo con seis años. Tocaba una trompeta de plástico y poco después la cambió por una profesional para empezar a formar parte de la Banda de Música de Corvera. También pasó por el Conservatorio, hizo hasta grado medio y se dio cuenta que la formación clásica no era lo suyo, prefería la carretera, el rock, el pop y el baile y no solo la trompeta. Estudió imagen y sonido y poco a poco fue compaginándolo tocando en orquestas, entre ellas, "Aramo", donde compartió escenario con su padre. "Me considero un músico global", señala el responsable de Estudios Acme, que comenzó a funcionar en 1997 con una mesa de ocho pistas. Antes ya hacía grabaciones en una de cuatro. Tras treinta años entre instrumentos, ha tocado de todo y con casi todos. Más de doscientos discos de variados artistas y estilos cuentan con el sello de Miguel Herrero.
El también batería de "Alexandra in Grey" es de los que opina que "los músicos han de tener corazón, es decir, saber transmitir antes de ser técnicos". La base es importante, pero la comunicación lo es aún más. Aún así, conocimientos musicales no le faltan. Mientras su estudio crecía y se rodeaba de instrumentos y más músicos, no paraba de tocar. Compaginaba orquestas con grupos como "Stormy Mondays", "Space Cakes", "La sonrisa de Julia", "Los Berrones", "Nuberu", Miky, Mike Kennedy, Julián Maeso, varios proyectos personales como "Doctor Funkestein" y el último "Alexandra in Grey", que tiene pendiente de sacar un disco. "Está en boxes", señala el artista.
Ahora es el encargado del sonido del Santacecilia, pero sigue en sus trece. Más centrado en el estudio, pero sin dejar de lado los escenarios. Disfruta como pocos tocando y hablando de música. De Acme destaca dos momentos. La visita y grabación de los productores internacionales Nigel Walker y Paco Trinidad y la producción de varias obras de tres maestros del jazz como Tino di Geraldo, Jorge Pardo y Carlos Benavent.
Durante su dilatada trayectoria musical, Miguel Herrero ha tocado de todo: comenzó con trompeta, siguió con batería, lo intercaló con guitarras y con bajos, también con teclados. Y si se pone lo que le echen, ha grabado de pie, sentado e incluso hasta de rodillas y todo porque ama la música, la siente la vive y como él dice, tiene corazón para saber transmitir su pasión.
