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FERNANDO CASTRO | Director general de la división de Estructuras Metálicas de Gonvarri

"Las empresas asturianas deberían ir en bloque, como pasa en el País Vasco"

"Cada año se invierten en Hiasa entre dos y tres millones, eso demuestra una clara apuesta por la fábrica"

Fernando Castro, en las oficinas de Hiasa. MARA VILLAMUZA

El economista Fernando Castro (Gijón, 1973) dirige desde el polígono corverano de Cancienes la división de Estructuras Metálicas del Grupo Gonvarri (GMS), a la que pertenece la compañía Hiasa, Hierros y Aplanaciones, S. A. La firma es el pulmón de esta división, de la que también forman parte otras tres plantas: Gonvarri MS Colombia, Gonvarri MS Baja California (México) y Çepas (Turquía). Bajo el mando de Castro se encuentran más de 1.500 empleados. El asturiano comenzó a trabajar para la compañía Esmena y permaneció en la estructura de Gonvarri después. Tras una dirección en Polonia, llegó a Hiasa en 2011, con el objetivo de adaptar la compañía al grupo empresarial de origen burgalés, líder en transformación del acero.

-¿Qué papel desempeña Hiasa en este entramado industrial del grupo Gonvarri?

-Hiasa es el corazón de GMS. Cuando la adquirió Gonvarri ya hacía cierta transformación añadida del producto, había parte de ingeniería. Con ese concepto, y tratando de expandir un negocio que era muy local, buscamos la internacionalización en todo el mundo. Nuestra localización geográfica no es la mejor y tampoco España es un país barato en costes laborales. Con las líneas de negocio que teníamos, pensamos en buscar empresas similares en otras partes del mundo, en una estrategia que responde a un mundo globalizado en la que además se consiguió añadir nuevas líneas de negocio. De estas plantas, Hiasa es la principal, seis veces más grande que cualquier otra de nuestras fábricas. Y es que en las instalaciones de la planta corverana se procesan 300.000 toneladas de acero al año en las que las líneas de solar fotovoltaica y seguridad vial son las de mayor valor añadido.

-Hiasa ya era fuerte en el área de seguridad vial y se ha abierto a nuevos sectores. ¿Cómo fue la entrada en las renovables?

-En Hiasa había un departamento de edificación industrial, con un equipo de ingeniería. Con el despegue de las renovables en la primera década del siglo, vimos una oportunidad para penetrar en un nuevo sector. Para nosotros no suponía un cambio de tecnología de fabricación, podíamos desarrollar el producto e implementarlo sin inversiones de importancia. Finalmente, lo que prometía ser un nuevo nicho de mercado, se ha consolidado en una línea de negocio que dio continuidad al de edificación industrial, hoy ya inexistente para Hiasa. Así que se puede decir que siempre hemos estado centrados en la energía solar, de forma más intensa en la fotovoltaica. Nuestros principales mercados están en Chile, México, Oriente Medio y Japón. Estamos empezando en Australia y, en 2019 y 2020, tras la tercera subasta de 2017, creemos que va a ser muy importante el mercado español. Confiamos en que seremos uno de los principales fabricantes de estructura para los futuros proyectos que se lancen en España.

-También han cogido impulso en el sector del automóvil, con la fabricación de tubos para chasis y ejes.

-El del automóvil es un sector muy estable y el fotovoltaico se está postulando como el rey de las renovables. Son dos sectores ganadores ahora mismo. En tres años, hemos conseguido fabricar para Audi y PSA, por poner algún ejemplo, a través de los principales estampadores a nivel mundial.

-A esta línea de negocio han destinado más de diez millones, ¿hay previstas nuevas inversiones a corto o medio plazo?

-Se ha realizado mucha inversión en los últimos años, no solo en la línea de automóvil. Aquí cada año se invierten entre dos y tres millones de euros en mejoras y mantenimiento, lo que demuestra una clara apuesta por esta fábrica. Cuando llegué, en plena crisis, había poco más de 200 trabajadores. Ahora superamos los 400 y alcanzamos picos de 500. Nuestro crecimiento está muy enfocado en la ingeniería y en el desarrollo de productos. Hoy por hoy, es nuestra apuesta de valor.

-¿Cómo ha cambiado Hiasa desde la entrada de Gonvarri?

-Ahora es una empresa internacional dentro de un gran grupo industrial. Hemos apostado fuertemente por líneas de negocio con mucho valor añadido, por la ingeniería y por la I+D, donde queremos seguir creciendo. Hiasa es una planta de una división que se llama Estructuras Metálicas que pertenece al grupo Gonvarri. Gran parte de la dirección somos asturianos y ha conseguido desarrollar esta división dentro de un grupo tan importante como éste. Y seguimos creciendo. Estamos orgullosísimos de estar aquí pese a lo difícil que es hacer negocio desde Asturias.

- ¿Cuáles son los lastres para la competitividad?

-España no es un país barato en lo que se refiere al trabajador (competimos con India, China, con países sudamericanos) y eso conlleva que hay que dar mucho valor el producto. Aquí, la logística es muy difícil. Estamos mal situados, perdimos la autopista del mar, los puertos han mejorado pero aún están lejos de la capacidad de los buques que llegan a Bilbao, Valencia o Barcelona. Tenemos mayores costes. Y creo que también falta una cosa importante, hay que apoyarse más entre empresas asturianas en los proyectos.

-¿Apoyarse más?

-Sí, no quiero decir que haya que regalar los proyectos o que tengamos que hacerlos forzosamente con otras empresas asturianas, pero tenemos que colaborar más entre nosotros. Nuestros grandes proyectos los hemos hecho con empresas asturianas y nos ha ido muy bien. Nosotros potenciamos la subcontratación en Asturias. Creo que hay que fomentar la unión, los clústeres... En el País Vasco las empresas se apoyan entre ellas y van en bloque. Ya que tenemos la suerte de tener empresas grandes aquí en Asturias, deberíamos apoyarnos entre nosotros. Estamos involucrados activamente en el Polo del Acero, en Metaindustry, hacemos proyectos con startups en Asturias... Cuanto más tejido industrial, mejor para todos.

-¿Qué piden a los políticos?

-Que nos apoyen, que nos escuchen. Hay demandas reiteradas, como los problemas logísticos y el refuerzo del apoyo a la innovación. Tenemos una industria pesada y es muy difícil llevarla al mundo, el sector del acero en Asturias es importantísimo. Arcelor está apostando mucho por el desarrollo desde Asturias, nosotros lo mismo... Lo que pedimos es apoyo para hacer crecer la industria. Los recursos son los que son, escasos, pero tienen que utilizarse correctamente.

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