El crecimiento de la Feria de antigüedades, coleccionismo y vintage de Avilés no deja de asombrar a los propios organizadores, que ayer dieron cuenta del programa preparado para la quinta edición destacando que la presencia de expositores aumenta un 25 por ciento: este año serán 55 stands frente a los 44 del año pasado. "Y nuestro convencimiento es que en años venideros aún crecerá esa cifra dados los buenos resultados comerciales que cosecha esta feria en Avilés", aseguró el responsable ferial de la Cámara de Comercio de Avilés, Heriberto Menéndez.

La feria, la que este año estrena el calendario ferial avilesino, abrirá sus puertas en el pabellón de La Magdalena el viernes a las 17.00 horas (hasta las 21.00 horas) y prolongará su actividad el sábado y el domingo, esos días con horario ininterrumpido de 11.00 a 21.00 horas. El precio de la entrada es de 3 euros (el tique da derecho a visitar la feria los tres días) y los menores de 16 años no pagan.

Los 55 expositores inscritos en la Feria de antigüedades tienen previsto poner a la venta más de 40.000 piezas de imposible catalogación por su diversidad y con precios que van desde los 50 céntimos que puede costar una postal a los miles de euros en que se puede cerrar la compraventa de un mueble de época. "El pabellón de La Magdalena será lo más parecido a un desván lleno de objetos curiosos, llamativos y sorprendentes, un espacio donde curiosear, fantasear, viajar al pasado y, quién sabe, encontrar esa pieza ideal para decorar una casa o un negocio o un objeto de colección detrás del que se llevaba mucho tiempo", comentó Mari Cruz Madrid, responsable junto a Ángel Moix de la empresa organizadora del certamen.

Los organizadores constatan que la gente joven se apunta al mercado de los productos vintage y antigüedades con especial pasión y en ese sentido esperan que Avilés no sea una excepción. "La decoración del hogar con mobiliario moderno y acentos vintage es tendencia; y la Feria es el lugar idóneo para encontrar ese complemento ideal para un rincón de la casa", señaló Madrid. Del mismo modo, los coleccionistas tienen en la feria avilesina una oportunidad de oro para ampliar sus catálogos y el público en general se puede encontrar con agradables sorpresas a precios muy razonables. El regateo, además, forma parte del paisaje en un mercado de estas características.

A título enunciativo, pero sin ánimo exhaustivo, en la Feria de antigüedades, coleccionismo y vintage de Avilés se podrán encontrar, entre otros objetos, joyas, muebles, ropa, bisutería, relojes, vajillas, adornos del hogar, juguetes, soldaditos de plomo, libros, material de escritura, cromos, postales... "La gracia del asunto es que la feria de una caja de sorpresas; en cada rincón puede haber algo llamativo. Lo mejor es venir y verlo con los ojos propios" , animó Mari Cruz Madrid.