Un control preventivo de alcohol y drogas montado por la Policía Local de Avilés el jueves de madrugada en la avenida de Santa Apolonia dio como resultado la detención de un hombre que circulaba ebrio, trató de eludir a los agentes y, según se comprobó después, carecía del preceptivo permiso de conducir.

Los policías dieron el alto al conductor, al volante de un Peugeot 206, a las 00.50 horas. Al principio nada hizo pensar que la inspección rutinaria de ese coche iba a complicarse, pues el conductor aminoró la marcha e hizo ademán de parar. No obstante, sabedor de que iba sin carné y de que probablemente tendría que hacer el test de alcoholemia, en el último momento esquivó a los agentes y emprendió la huida.

De inmediato, el coche de apoyo que suele estar prevenido para salir a la caza de los conductores que tratan de esquivar los controles arrancó en persecución y logró interceptar al sospechoso apenas unos metros más adelante, en el entronque de la avenida de Santa Apolonia y la calle Alonso Ojeda.

Una vez identificado, el conductor resultó ser P. M. M., un corverano de 46 años que sometido a la prueba de alcoholemia, arrojó un resultado de 0,92 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. A todo lo anterior, P. M. M. añade la denuncia por circular sin carné y un delito de índole administrativo por conducción temeraria, el relacionado con el intento de fuga que protagonizó.

La madrugada se saldó con otros dos detenidos por hechos relacionados con el tráfico. S. C. S., de 39 años, arrojó un resultado de 0,87 en la prueba de alcoholemia. Horas más tarde, a las 5.20, una patrulla policial interceptó a un tercer conductor que dio un resultado fuera de la norma: 0,86 miligramos por litro de aire espirado. Ambos se enfrentan a procedimientos penales.

El carrusel de detenciones lo completaron dos individuos pillados in fraganti en el interior de una finca de La Luz tratando, según la versión policial, de desmontar chapas metálicas con la presunta intención de llevárselas. Resultaron ser M. M. R., de 43 años, y M. J. J., de 50 años, ambos avilesinos. Se les interceptaron varios destornilladores con los que habrían intentado soltar las chapas metálicas que constituían su botín.