"El rap es respeto. Transmitir un mensaje. No tiene nada que ver con la imagen de criminal que se vende". Con esa declaración de intenciones se presenta "Catástrofe Narrativa", el trío de raperos avilesinos formado por Borja Suage, Alejandro Delgado e Ibhet Rodríguez. Los tres jóvenes tienen grabada una maqueta titulada "Callando bocas". "No hace falta ser muy listo para saber de qué va", comenta Suage, aunque apostilla que la letra está dirigida a todos aquellos que les criticaron por empezar en el género. Por si quedara alguna duda, recuerda una de las estrofas: "Aseguraos vuestro futuro en esto, con textos perfectos, deslizante como la miel, gratis como el sexo, aunque vosotros tengáis que pagar hoy en día por el".
Probablemente, el texto por escrito no impresione de por sí. Sin embargo, hay que escucharlo en la voz de Alejandro Delgado. Cuando habla, hay que poner el oído bien porque lo hace muy bajito. Pero cuando rapea hace honor al nombre de la maqueta, ya que su velocidad de dicción es prodigiosa. "En realidad, lo que yo hago es 'Doble Tempo'. El rap tiene una estructura, un compás de cuatro por cuatro. Hay que encajar las rimas en la base musical. Ser fiel", explica.
"Catástrofe Narrativa" no sólo defiende un rap alejado de estereotipos. Sino que basa sus creaciones, casi todas improvisadas en batallas de gallos, en una pureza de estilo. "El rap no es escribir poesía. Ni rimar. Casi todo el mundo puede hacer rimas bonitas o feas. Pero tienen que hablar de algo y ser procedentes. A mí a veces me llaman gordo porque es una palabra sencilla de rimar y ya ves que soy un palillo", argumenta Alejandro Delgado.
La otra pata del trío es Ibhet Rodríguez. Su trabajo en el grupo es componer arreglos musicales. Sin embargo, también hace sus pinitos con Delgado, su pareja. Con él ha gradado otra maqueta titulada de "Principio a fin", que retrata dos años de relación. Y es que aunque "Catástrofe Narrativa" saliera del barrio de Villalegre el verano de 2012, no se ha prodigado mucho en producir canciones. En realidad, el trabajo de los tres va más en solitario o enrolado en una banda de siete raperos procedentes de toda Asturias llamada GLK. Las batallas de gallos, de las que son unos habituales, y en las que compiten como "Catástrofe Narrativa", ocupan el tiempo de los tres raperos. Eso y defender un rap alejado de los estereotipos que salen en la tele, más preocupado de su estética que de una rima pura y con sentido.
