Manuel Robledo Núñez se lleva con él los secretos -si es que los hubo- del mejor Avilés de la historia, aquel que estuvo cerca de subir en Primera División en 1953, aunque aquel ascenso lo logró al final otro equipo. El futbolista, constructor y político, que falleció ayer a los 90 años de edad, era el último jugador vivo de aquel mítico equipo, en el que compartió vestuario con compañeros como Chelona, Mantido o Castejón. Cualquier anécdota que no haya trascendido a lo largo de estos años quedará ya solo para ellos.

Robledo, nacido en Avilés en noviembre de 1927, no pudo jugar con el club blanquiazul la fase de ascenso a Primera División en aquella gloriosa temporada 52-53, pero ayudó al equipo durante la primera parte de la temporada. En las filas del Avilés destacó enseguida como un centrocampista diferente, de corte ofensivo y que llamaba la atención por su estatura. Eso hizo que el Sporting se fijara en él y lo fichara a mitad de temporada. "Era muy bueno, el equipo notó mucho su marcha. Él me contó posteriormente que lamentó haberse ido, que tenía que haber jugado aquella fase de ascenso", recuerda Jorge Valverde, coautor del libro "Avilés y su fútbol. Un siglo de historia".

Cuenta la leyenda popular que en uno de los partidos de aquella fase de ascenso de 1953, el que enfrentó al Avilés con el España Industrial, cuando los blanquiazules iban ganando por un gol, el rival ofreció "dejarse perder" a cambio de dinero. Los jugadores del Avilés se negaron y el duelo acabó con victoria del España, que ganó la plaza de ascenso. Robledo, aunque no estuvo en ese partido, seguro que sabía lo que había pasado "entre bambalinas", porque nunca perdió el contacto con sus compañeros.

En el Sporting no tuvo muchos minutos y dos campañas después regresó al Avilés, donde se retiró en la temporada 56-57. Antes de todo esto, jugó en el Real Oviedo y un torneo internacional con la Selección Española Universitaria.

Pero Manuel Robledo Núñez fue mucho más que un futbolista. Constructor consagrado, fue el impulsor del polígono de Maqua, de hecho su principal promotor, un proyecto que nació con el auge de Ensidesa en los años 60. También estuvo detrás del hotel la Quinta del Infanzón, en Gijón, y de varios edificios de su ciudad natal, Avilés.

En su larga vida, también coqueteó con la política. Fundó el partido Alianza Popular en Avilés y apuntó a presidente de la Autoridad Portuaria, incluso a alcalde de Avilés.

Viudo de Rosario Wiggin, hermana del Marqués de Muros, vivía desde hace años en Muros de Nalón. El velatorio de Manuel Robledo se celebra en la casa familiar, hasta el funeral que tendrá lugar hoy en la iglesia parroquial de Muros a las 17.00 horas. El cuerpo del exfutbolista será enterrado en el cementerio municipal del concejo murense.