El alcalde de Gozón recibió el viernes en el salón de plenos a un grupo de escolares del colegio La Canal que preguntaron cuanto quisieron a Jorge Suárez. Hubo cuestiones de todo tipo, la mayoría generales, aunque uno de los niños, Mateo, se lanzó a algo concreto. Muy concreto. ¿Arreglará el ayuntamiento la fuente de Fumañeda?

De la pregunta de Mateo surge la curiosidad por la fuente que, efectivamente, el Ayuntamiento está reparando. Y lo hace de acuerdo con una entidad de corta vida pero ya amplio recorrido, la asociación cultural Fumañeda.

En Fumañeda no sólo hay una fuente. Como era habitual en el entorno rural, el manantial se aprovechó para hacer el lavadero y el bebedero para el ganado. El centro social de la época, el lugar de reunión y tertulia. Una red social en vivo y en directo.

La conducción de agua a los hogares llevó la fuente de Fumañeda al desuso y la maleza se encargó de sepultarla en el olvido. Hasta que la asociación que recibe su nombre decidió recuperar esta parte de su historia.

El primer paso, la limpieza. Para ello, los miembros de la asociación se pusieron en contacto con el Ayuntamiento y el concejal de infraestructuras rurales, Daniel Fernández, dispuso de forma inmediata los trabajos necesarios para comenzar la recuperación del entorno de Fumañeda.

Una vez limpia, el siguiente objetivo es la restauración. Erika Álvarez, directiva de la asociación, explica que "vamos a analizar el agua y ver si se puede utilizar para el consumo". Los vecinos quieren dar uso a un espacio que "era utilizado como un vertedero" y que va a volver a la vida.

La fuente de Fumañeda sirvió para el primer abastecimiento a los hogares de Santolaya, por medio de grandes bocois en los que se transportaba el agua hasta las casas. "Ahora pretendemos que nos vuelva a dar servicio", asegura la directiva.

Los vecinos saben que "no va a ser algo rápido, necesitaremos tiempo para restaurar Fumañeda", pero con el primer paso dado, recuperan un trozo de su historia.

Su siguiente objetivo es la recuperación del camino real que unía Luanco con Avilés y que acercaba los pueblos al paso a las dos villas. "Queremos recuperar el camino como senda peatonal, señalizando las fuentes, los molinos y todos los elementos a su paso", indica Erika Álvarez.