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El fundador de Melca da la cara por el hijo que le apoya: "Sus hermanos le quieren arruinar"

José Luis García Arias enmarca en una campaña de "revanchismo despiadado" la exigencia de una deuda de 4,8 millones de euros a la sociedad Remesa

Miguel García Becerrril y su padre, José Luis García Arias. MARA VILLAMUZA

La sentencia dada a conocer el pasado domingo por los gestores del Grupo Melca que condena a la sociedad filial Remesa a abonar 4,8 millones de euros de forma inmediata al holding que fundó José Luis García Arias han llevado a éste a explicar las "verdaderas razones" que a su juicio mueven a sus hijos, Daniel y Elena García Becerril, y a su exmujer, Isabel Becerril Santos, -las personas que controlan la corporación familiar después de haber hecho valer su mayoría frente al patriarca-: "Lo que les mueve es un revanchismo despiadado y no contentos con ir contra mí, ahora meten en sus planes a su hijo y hermano Miguel, el único que se mantuvo de mi lado cuando me defenestraron".

García Arias circunscribe la problemática de la empresa Remesa , una empresa especializada en el recubrimiento de todo tipo de piezas de acero que estén sometidas a erosión, abrasión, corrosión o desgaste, al ámbito de lo privado y al afán de los nuevos gestores del grupo por "borrar" todo resto de la huella del fundador y de quienes le apoyan: "La exigencia de la deuda a Remesa pone a la empresa en peligro de extinción, y eso lo saben perfectamente los que ahora mandan en Melca; pero les da igual porque lo que quieren es precipitar los acontecimientos, abocar a la empresa a la quiebra, propiciar el embargo de bienes y, de ese modo, inducir la ruina de su dueño, que es mi hijo Miguel".

José Luis García Arias, a diferencia de la versión de los actuales gestores del grupo que fundó, que le señalaron como "nuevamente condenado por la Justicia", hace ver que la deuda con Grupo Melca (más exactamente con la firma Cartera de Inversiones Melca) la tiene la sociedad Remesa "no yo, ni siquiera mi hijo Miguel, sino la empresa".

Esa deuda, sobre cuyo plazo de vencimiento gira la polémica -la sentencia conocida el domingo determina que el pago de la misma ha de ser "inmediato" si bien los abogados de García Arias y su hijo Miguel sopesan la presentación de un recurso en segunda instancia-, es fruto, según el fundador de Melca, "de la operativa ordinaria de funcionamiento de las sociedades del Grupo: Cartera de Inversiones Melca actúa como un banco de las filiales, diariamente les deja o les retira dinero según les falte o les sobre. Exigir a Remesa el pago inmediato de 4,8 millones es tanto como firmar su sentencia de muerte, claro que eso no parece importar a los que quieren ver arruinado a su propio hermano e hijo".

Según José Luis García Arias, el de Remesa no es el primer caso en el que los gestores del grupo maniobran para hundir o tomar a toda costa posiciones mayoritarias en las filiales del holding que se escapan a su control; es decir, aquellas en las que conservaron el control el fundador, su hijo o terceras personas afines a éstos.

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