No es la primera vez que la catedrática de Piano del Conservatorio de Madrid viaja a Avilés. "Lo hice el año pasado y quedé encantada", explicó al término de una larga sesión matutina en la que trató de desvelar los secretos de un instrumento con una exigencia de primer orden. "Llevo más de treinta años enseñando. Pronto descubro qué es lo que los alumnos buscan de mí", indicó.

El auditorio del palacio de Fernández Balsera fue el lugar en el que Guijarro impartió sus clases magistrales. "El piano del Conservatorio está muy bien y la acústica de la sala es muy buena", reconoció. La media docena de futuros pianistas tocó siguiendo las indicaciones de la veterana catedrática madrileña, que acompañaba las melodías extraídas del teclado de su propia voz. Guijarro continúa sus enseñanzas hoy mismo. El Conservatorio avilesino lleva semanas invitando a profesores. "Los alumnos amplían perspectivas", admitió la docente.