Forrest Gump recorrió por desamor de costa a costa los Estados Unidos en tres años. Martin Hutchinson ha visitado 21 países y ha bordeado, en su triciclo, el litoral de la Península Ibérica, desde Barcelona. Ayer llegó a Avilés con su idea: concienciar a todo el mundo sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente. Su viaje dura ya más de una década y ha completado más de 30.000 kilómetros. "La gente no ve los problemas a los que nos enfrentamos", exclama con un inconfundible acento inglés. Ataviado con su traje de exbombero de Manchester, a sus 65 años, duerme donde puede y su compañía es siempre un perro incondicionalmente fiel llamado "Starsky". A pesar de todas las carencias, es feliz. Y en su vida tiene un propósito: "Concienciar al mundo de que el Planeta que tenemos es precioso, que solo tenemos uno, y hay que salvarlo como sea".

Ayer, hizo su entrada triunfal en Avilés. Mañana, se acercará al colegio Marcos del Torniello, a partir de las 9.30 horas de la mañana. Los alumnos del centro compartirán la jornada con el activista, que hablará de la importancia de conservar el medio ambiente. Los jóvenes le harán preguntas en inglés, por lo que Hutchinson servirá además para mejorar sus aptitudes en la lengua de Shakespeare. La visita tendrá un punto emotivo y es el que el perro "Starsky" celebra su cumpleaños, por lo que los chavales entonarán la letra del "Happy Birthday". El jueves está previsto que los estudiantes del Marcos del Torniello realicen al aire libre varias actividades, en un programa aún por concretar.

Por ahora, Hutchinson y su mascota reposan en el albergue de peregrinos de la ciudad, donde también está su medio de transporte: una especie de triciclo con un carro adosado, abanderado con la rojigualda náutica, el estandarte de la "Union Flag" y las enseñas portuguesas y gallegas, en el que el activista lleva un recordatorio de todas sus hazañas. Por ejemplo, una bolsa llena con exactamente 109 bastoncillos para los oídos, recogidos en la Cala de Bens, en A Coruña, a finales de enero. "Con los niños con los que recogí los desperdicios, consideraban que ese era el estado normal de la playa. Es muy triste", comenta.

Sentado en una cafetería de la calle Carreño Miranda, Hutchinson, sin previo aviso, deja de hablar sobre su periplo por Latinoamérica, donde ha denunciado que en determinadas zonas del Amazonas, camiones de basura vierten desperdicios cuatro veces al día. "¿Nadie se ha fijado la cantidad de colillas que hay en el suelo? Solo con una, se contamina toda una botella de agua. La gente las tira al suelo y no saben que terminan en los ríos y luego en el mar. Tenemos un planeta que no estamos cuidando. Sólo es una cuestión de actitud. Por eso viajo. Para concienciar a la gente", se reafirma.

Hutchinson y "Starsky", a quien el exbombero adoptó durante su periplo por el Algarve hace un año, continuarán su camino a finales de semana. Tienen previsto volver a atravesar Europa, como ya hicieron antaño. Allá por donde pasen, seguirán partiéndose la cara por salvar el Planeta del cambio climático, pedaleando con su triciclo, cuya matrícula deja bien claro que es un vehículo "libre de emisiones".