Carlos Cuadros, el director general del Centro Niemeyer para el patronato de la fundación que administra el complejo de la ría "no es prioritaria". Cuadros abundó aún más en la idea: "Pensar en que esto sea la panacea es una falacia. Pese a las desgravaciones, son pocas las grandes empresas que deciden incluirse en patronatos como el nuestro. Pero eso no quiere decir que renuncien a seguir apoyando la cultura". Puso como ejemplo las fundaciones del Banco de Sabadell y de EDP. "La primera ha permitido que tengamos la exposición de Francis Bacon y la segunda apoya la música", dijo. "Las grandes empresas no quieren que con su dinero se pague el agua o la luz, prefieren pagar una exposición concreta", apostilló Vicente Domínguez, el viceconsejero de Cultura y presidente de la fundación del Niemeyer.

Estas declaraciones se hicieron previamente al inicio de un patronato que sólo cuenta con el Grupo Daniel Alonso y con Asturiana de Zinc (Azsa) como patronos del sector privado. La reunión de ayer sirvió, eso sí, para que Begoña Torres, la exdirectora del Museo del Romanticismo de España, tomase posesión de su asiento en el patronato del Niemeyer en representación del Ministerio de Cultura.

Los patronos del Niemeyer Según reconocieron sus gestores, el incremento porcentual del año 2017 con respecto a 2016 fue del 25 por ciento (se pasó de 99.480 a 124.880). Tanto Vicente Domínguez como Carlos Cuadros restaron importancia "a la dictadura de las cifras". Explicaron que los números en un centro cultural dependen de la programación. "Para mí el Niemeyer es un centro de salud del alma... aristotélicamente hablando", señaló el responsable político.

La exposición de Francis Bacon de la cúpula se despide el 8 de abril. "Tomará el relevo una específica de Avelino Sala", anunció Cuadros. "Con ella nos vamos a lucir", concluyó.