Jesusín de Galiana no pudo volver ayer a su casa. La talla sacra, después de pasar los últimos días en la iglesia de San Nicolás de Bari, tendría que haber regresado ayer a su capilla de la calle que lleva su nombre, tal y como manda la tradición, pero la lluvia y el fuerte viento que se levantó a la mitad de la tarde en la ciudad obligó a la cofradía de Nuestro Padre Jesús de Galiana a cancelar el recorrido. "Dimos marcha atrás con todo el dolor del mundo. La talla debe mojarse lo mínimo posible si queremos conservarla y las rachas de viento dañarían fácilmente el brazo con el que Jesús sujeta la cruz, que es articulado. Es una pena porque hacía bastantes años que esto no nos pasaba", lamentó Marita Fernández, vicehermana mayor del grupo.

Jesusín volverá a su capilla a lo largo de esta mañana en una furgoneta-taxi y, a su llegada, la junta de la junta de la cofradía se reunirá para decidir la fecha de apertura de la capilla al público, algo que previsiblemente se retrasará hasta el miércoles. Para que los feligreses no se fuesen decepcionados, no obstante, la banda de tambores del grupo dio una breve actuación bajo los soportales del templo. "Al menos nos pudimos despedir de Jesusín", explicó Fernández.