"Pescar un salmón siempre es especial, pero si encima es el campanu la sensación es indescriptible", comentaba ayer Rogelio González, pescador avilesino que sacó el primer ejemplar cántabro de la temporada en el río Pas. Pesó 5,240 kilogramos y midió 87 centímetros. Además, dejó un buen pellizco en la cartera de González, puesto que lo vendió en un restaurante de la comarca de Puente Viesgo por una suma de 2.400 euros.

González, que reside en El Quirinal, acudió ayer a la pesca del salmón junto con su mujer, Leo Peláez, y un grupo de amigos, entre los que se contaba Alejandro Pérez, otro veterano de esta modalidad deportiva, que el año pasado logró sacar el campanu de Asturias en aguas del río Eo. "Él estaba enfrente de mí, en otra zona, y menos mal porque sino seguro que lo habría pescado", comentaba entre risas el afortunado avilesino, que se encontró con el ejemplar que ayer le hizo feliz a las 11.45 horas.

"Me costó unos cinco minutos sacarlo del agua porque el río bajaba bastante fuerte. No fue una presa fácil", relataba González, ya a su regreso a Avilés por motivos familiares. "Tuve que soltar carrete para no tener tanta tensión en la caña. Fue una sensación tremenda sacarlo del agua, la verdad", apuntaba todavía emocionado el pescador. "Lo cierto es que capturar un salmón siempre es una alegría, pero al tratarse del campanu, el gozo es doble", incidía.

Y es que González, todo un veterano de la pesca, lo tiene claro. "Los salmones tienen magia. Es un pescado que tiene una especie de embrujo especial. Yo conozco compañeros que ya son mayores, y que llevan 30 años en esto y que se siguen emocionando cuando sacan del agua un salmón", finalizaba, orgulloso, tras su exitosa jornada.