A sus ocho años, Leire Barriga estaba muy nerviosa a las puertas de la parroquia de la Luz porque "va a ser la primera vez que voy a misa en la ermita". Como ella, alrededor de 40 niños de las catequesis de la unidad pastoral de Villalegre-La Luz, tampoco podían ocultar la emoción por peregrinar desde ese lugar hasta la ermita de Nuestra Señora de La Luz, donde a las seis de la tarde les aguardaba el abad de Covadonga, Adolfo Mariño. El sacerdote avilesino protagonizó una misa llena de momentos divertidos en la celebración del año jubilar de Covadonga.

"Qué feliz estoy de poder venir aquí desde donde se ve mi barrio de Sabugo", comentó Mariño al poco de arrancar su sermón, en el que explicó a los niños su labor como abad del Real Sitio. "También estoy contento porque desde que estoy en Covadonga viene mucha gente a verme, pero yo puedo salir menos", comentó a los escolares, que escuchaban atentos en los primeros bancos del templo. En el interior estaba, junto al resto, Aitor Méndez, de nueve años, que consideró el kilómetro que separaba la parroquia de La Luz de la ermita "toda una excursión". O Illán Vega contento por "compartir la tarde con mis compañeros de catequesis".

La misa arrancó con los niños entrando en el templo entonando la letra de "Salve Virgen de Covadonga" y estuvo trufada de momentos divertidos. Mariño hizo varias preguntas a los niños sobre los símbolos de la iglesia desde el altar. Detrás del abad de Covadonga estaba el párroco de Villalegre, Francisco del Rey, que señalaba a escondidas con el dedo las respuestas, para divertimento de los inocentes chiquillos.