Los historiadores que, en su momento, relataron los primeros siglos del Reino de Asturias hasta el IX jugaban con ideas místicas, con claras referencias bíblicas y clásicas para explicar los orígenes de aquella institución. "Reelaboran el relato, con imaginación para explicar los orígenes del Reino", explicó ayer Álvaro Solano Fernández-Sordo, doctor en Historia y profesor asociado al área de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo. El especialista pronunció una charla titulada "Como gotas de una fuente seca en estío. El origen del Reino de Asturias en sus crónicas", organizada por la asociación cultural La Serrana en el hotel 40 Nudos bajo el paraguas de las jornadas sobre el centenario de Covadonga. "Los historiadores no mencionan la Reconquista, hablan de la restauración del reino godo", dijo.

Solano indicó que los historiadores de la época buscaban los orígenes del Reino astur y lo identifican con el viejo pueblo de Israel, con el destierro a Babilonia incluido. "Hacen un relato interesado. Tras las iras de Dios, llegó la misericordia y la restauración de la situación a cargo de Pelayo", indicó. Los historiadores de la época ven también a Pelayo y a Alfonso I como "herederos biológicos" de "los reyes buenos" godos. "Chindasvinto y Recesvinto en el caso de Pelayo y Leovigildo en el caso de Pedro Duque de Cantabria, que era padre de Alfonso I", señaló el especialista.

El doctor en Historia destacó además que el relato oficial del Reino de Asturias ha generado leyendas e interpretaciones varias. "Tenemos una necesidad de entender esas fuentes que hablaron de los orígenes del Reino de Asturias, en aquella época, en el siglo IX con un sistema bien establecido, los historiadores interpretaban el relato con referencias bíblicas y clásicos con Dios como actor de la Historia, lo que se llama providencialismo", remató.