"Será una charla técnica, pero no aburrida". Así presentó ayer Jaime Altozano su conferencia titulada "El lenguaje musical y la música como lenguaje". El divulgador y youtuber disertó sobre las notas y sobre su definición. Y puso sobre la mesa "los nombres sin sentido" asociados a cada una de las doce notas. Como ejemplo, empleó una analogía en la que la palabra "do", que fácilmente se puede identificar con una nota al uso, era a la vez nota, escala, acorde y tonalidad.

Altozano utilizó la Física y las Matemáticas para destripar las notas a la hora de definir ese concepto. "Lo primero, una nota no es solo una frecuencia", indicó el ponente de la conferencia, celebrada ante un auditorio de la Casa de Cultura repleto. Alumnos, sus familiares y algún que otro aficionado a la música no quisieron perderse la charla en la que también hubo humor, no solo conceptos técnicos.

Altozano habló del oído humano, de su capacidad para escuchar secuencias: "Puede captar sonidos entre 20 y 20.000 hercios". Para explicar las vibraciones, el divulgador se detuvo en los instrumentos de cuerda. Cada nota, explicó, tiene infinitas vibraciones o frecuencias que se dan a la vez, que son "los armónicos". "¿Cómo puede ser que cuando varios instrumentos de cuerda dan la misma nota, suenen distinto? Por varias razones, como el material de la cuerda, el cuerpo del instrumento, la forma, el grosor...", señaló el experto, que apuntó además a que el cerebro codifica esas vibraciones existentes en cada nota en un sonido. Continuó estableciendo una diferencia entre las vocales y las consonantes, identificando a éstas últimas como "ruido", ya que las vocales funcionan como notas musicales en función de la mandíbula, la boca y la posición facial de cada uno.

Y más tarde llegó al teclado, analizó sus teclas a través de las notas musicales y mencionó que el cerebro tiene otra virtud a la hora de conocer de qué nota se trata. Un aumento del doble o de la mitad de una nota en las vibraciones hace que ese mismo "la", por ejemplo, sea más grave o más agudo. A más vibraciones, más agudo.

Tras su intervención de más de una hora, llegaron las preguntas de los asistentes, que culminaron con un gran aplauso del público por varios motivos: por conseguir que un asunto aparentemente denso fuera ameno y también, para los más jóvenes, por ser uno de sus ídolos de la red social Youtube, en la que tiene miles de seguidores, que también están interesados en la música.