"No hay deporte más relajante que el buceo, la paz y la ingravidez sólo se encuentran aquí", manifestó Marivy Rasso, instructora internacional, durante el acto celebrado ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.
En el palacio de Valdecarzana, esta buceadora profesional nacida en Oviedo y vecina de Verdicio habló de las singularidades de una actividad que requiere dos requisitos: equilibrio mental y físico, según apuntó Luis Ángel García, médico especialista en medicina subacuática e hiperbárica, para seguidamente resaltar la norma número uno de la práctica de este deporte que tiene en Asturias más de treinta clubs: "No se debe bucear solo nunca".
Además del aspecto deportivo, ambos ponentes se refirieron a la parte profesional del buceo, de la que forman parte soldadores, limpiadores de cascos de barcos o recolectores de algas, cada vez más utilizadas para la nutrición, cosmética o medicina y que lleva camino de suplir muchos derivados del petróleo, comentó Luis Ángel García.
Los riesgos del buceo también estuvieron presentes en la charla celebrada ayer. Entre otros, Marivy Rasso puso el acento en los ascensos. "Las subidas con botella siempre tienen que hacerse muy despacio y nunca retener la respiración", destacó quien ha sido la primera mujer instructora de España. "Por suerte, ahora hay muchas y cada vez se van incorporando más", subrayó ayer para asegurar que "fisiológicamente, las mujeres estamos mejor preparadas para bucear porque tenemos menos capacidad pulmonar y nos movemos mejor; bajo el agua la fuerza no sirve para nada", indicó.
En cuanto a las ventajas, tanto García como Rosso enunciaron una larga lista. "Mejora todo el cuerpo, la piel, la circulación y hasta el estreñimiento; es un masaje completo y sales nuevo", concluyeron para hacer hincapié en la seguridad que siempre tiene que estar presente. "Hay que controlar en todo momento el tiempo de inmersión y la profundidad, dos variables muy importantes", recalcaron".
