Decenas de curiosos acudieron ayer al muelle de San Agustín atraídos por el atraque del patrullero de la Armada Española "Arnomendi", que enseñó sus entrañas. Doscientas personas se subieron a bordo en las visitas matutinas y muchos tuvieron que volver en horario de tarde ante la gran afluencia, que sorprendió al capitán de corbeta, Alfonso Martínez Ferra: "Esto es una maravilla".

La idea de recalar en Avilés partió del propio Capitán. "Me habían hablado muy bien de esta ciudad y es un lujo poder amarrar al barco ante un edificio como éste", señaló, con la mirada puesta en el Centro Niemeyer. "Ese es el Comandante, miradlo todos. Y esa es su silla. ¿Queréis haceros una foto en la silla del que manda?", animaba a los más pequeños el reservista voluntario Javier Menéndez.

"Es muy chulo. Lo que más me gustó fue la ametralladora", comentó el pequeño Gonzalo Fernández, que visitó el "Arnomendi" junto a su hermano Álvaro y sus padres Miguel y Raquel Niño. "Estas visitas están muy bien, los críos salen encantados", aseveró el padre de familia. "El barco es pequeñín pero muy apañao. Me ha gustado mucho la visita. Hice la mili en la Marina y algo siempre queda", afirmó el avilesino Alfredo Liaño.

El "Arnomendi", en realidad, de pequeñín tiene poco. Las visitas guiadas se realizaron por la cubierta principal y el puente de mando, pero el patrullero es como un iceberg. Se ve solo una pequeña parte y bajo el agua hay cuatro cubiertas, unos siete metros más de navío en los que no falta detalle: una enfermería donde hasta se puede realizar cirugía menor, oficinas, cocina, lavandería, un taller de carpintería... El buque " Arnomendi " es el único que no ha adoptado el nombre de una isla de soberanía española, siguiendo la tradición del resto de buques de su misma clase. Su denominación viene de un monte guipuzcoano, de donde es originaria la que fue madrina del buque, la exministra Loyola de Palacio, ya fallecida.

El patrullero está realizando labores de control de vedas, artes y zonas autorizadas de pesca, con el apoyo a bordo de un inspector de la Secretaría general de Pesca y un inspector internacional. También llevará a cabo labores de vigilancia e inspección pesquera dentro del "Joint Deployment Plan" de especies pelágicas en Aguas del Norte y Noroeste de España. "Tanto la flota gallega como la asturiana y la vasca son un ejemplo en este sentido, nunca hemos detectado ninguna infracción", explicó Martínez.

El patrullero, que esta tarde deja Avilés, navegará a Canadá en junio para controlar a los buques de pesca de la Unión Europea. Antonio Sabino, como miembro de la Real Liga Naval, visitó el buque invitado por la Comandancia de la Marina de Asturias, y entregó al capitán Martínez Ferra un libro sobre Pedro Menéndez de Avilés. A cambio recibió una lámina del "Arnomendi". Reservistas voluntarios de la Asociación ARES colaboraron en el control de accesos, para que la tripulación pudiera descansar durante su parada en Avilés, donde generó gran expectación.