Adivinar figuras estrambóticas en las nubes es una actividad recurrente en momentos de tedio. Sin embargo, reconocer sus formas es vital de cara a obtener valisosísima información meteorológica. Por ejemplo, cuando el cielo se llena de ellas y éstas tienen formas rectilíneas y filamentosas, significa que se acerca un frente tormentoso. De ésta y de otras cuestiones sobre las nubes departió ayer el experto asturiano Javier Martínez, técnico medioambiental y miembro de la Asociación Meteorológica Española (AME), en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.

"Las nubes no están ahí del azar. Conocerlas y clasificarlas es importante para hacer predicciones del tiempo porque aportan muchos datos", indicó Martínez en el Palacio de Valdecarzana, quien afirmó que "dependen mucho del sitio". "Por ejemplo, las de aquí en Asturias son muy características por la orografía del terreno. Al ser el Principado una región muy montañosa, se forman tantas", indicó.

El experto, actualmente estudiante en la Universidad de León de Ciencias Ambientales, también prestó especial atención a deshacer ciertos entuertos muy extendidos sobre el campo de éstos meteoros. "Es muy común creer que son vapor de agua. Sin embargo, las nubes son agua líquida, hielo o las dos cosas a la vez", razonó. "Se forman a partir de la humedad. Eso sí, entenderlas es una cuestión vital en muchos campos, como en el montañismo o en la aeronáutica. Un piloto sabe qué nube y cual no puede atravesar con el avión", esclareció ante el público que seguía su conferencia.

Un aspecto interesante de su demostración, y al que Martínez prestó especial atención, tuvo que ver con la revelación de que existe toda una clasificación de nubes según sus formas. El experto rescató aquellas conocidas como "cirrus". "Son como fibras, a veces pueden recordar a unas costillas humanas por su forma. Cuando hay pocas, significa que el tiempo se va a mantener estable en los próximos días. Pero si el cielo está lleno de ellas, significa que se avecinan importantes variaciones", clarificó el entendido.

Otra de los estratos que ocuparon gran parte de la charla fueron los conocidos como "cirrocúmulos". "Son esa clase de nubes que parecen amontonamientos, como grumos en la leche cortada. Si cubren todo el cielo, es que se avecina una borrasca", indicó.

Javier Martínez también se descubrió como un aficionado a la fotografía de las nubes. "Sobre todo en León, donde tomo una instantánea casi todos lo días porque hace falta entrenar mucho el ojo para reconocerlas", concluyó el experto.