Adiós a uno de los símbolos de la hostelería de la ciudad. El restaurante Germán, ubicado en la calle Emile Robin, frente al parque del Muelle, cerrará el próximo 1 de mayo después de varias décadas al servicio de sus clientes. La casa de comidas, que abrió sus puertas en 1935, es una de las más populares no sólo de la comarca sino de toda Asturias. Entre sus cuatro paredes, varias generaciones de avilesinos han compartido mesa, conversación, risas y chascarrillos. Su actual responsable, Germán Blanco, echa la persiana por jubilación, apenas unos meses después de haber puesto el negocio en traspaso. De momento, nadie se hará cargo de él.

Germán abrió sus puertas de la mano de Germán Blanco, abuelo del actual gestor, hace más de ocho décadas. Tiempo después, pasó a ser regentado por el hijo del fundador, Mario Blanco. El actual responsable se puso al frente en 1976, después de dejar sus estudios de Ingeniería de Minas en la Universidad de Oviedo. La familia, muy conocida en la ciudad, ha dejado una gran impronta por su carácter entrañable y por la solera del local.

Avilés pierde de esta forma otro de sus restaurantes clásicos en poco tiempo. Hace meses echaron la llave La Eritaña, en la calle Ruiz Gómez, y Casa Carreño, en la plaza del Carbayedo. Con Germán, se va además parte de la historia local, porque era un lugar de tertulias y encuentros sociales. Blanco desveló a sus clientes hace apenas unos días el cierre por jubilación. El anuncio ha corrido de boca en boca sin parar, hasta el punto de que muchos de los habituales del establecimiento están organizando actos de despedida.

El propio Blanco desveló el pasado mes de diciembre a este periódico su intención de dejar el negocio a mediados de 2018. "Ya me toca la jubilación", dijo, poco después de poner el cartel de "Se traspasa". Ahora, ha llegado ese momento, que marcará un hito en la hostelería avilesina. El bajo, propiedad de una inmobiliaria, quedará a oscuras en poco más de una semana para nostalgia de muchos.