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Fran Juesas, músico adoptivo de Avilés

El ovetense, que tiene una maqueta y prepara disco "tranquilamente" con piezas románticas, es ya un clásico de los locales de la ciudad

Fran Juesas afina su guitarra antes de una actuación. MARA VILLAMUZA

Fran Juesas es un músico ovetense de nacimiento, pero ha vivido en Avilés su desarrollo como artista y compositor. Es habitual en conciertos nocturnos y también a la hora del vermú y desde hace tiempo, es raro el fin de semana que su nombre no figura en la agenda de conciertos de los locales de la ciudad. "Soy hijo adoptivo musical de Avilés", bromea, momentos antes de comenzar uno de sus espectáculos de mediodía. Tras cinco años de escenario en escenario, ha grabado una maqueta casera y piensa en componer un disco, pero quiere que el proceso sea lento, tranquilo. "Soy muy perfeccionista", destaca.

Cuando era un crío, se dejaba llevar por las melodías de Miguel Bosé y de Miguel Ríos, entre otros artistas de los ochenta. Cogía el palo de una escoba y se imaginaba haciendo punteos, pero no fue hasta que cumplió 21 años cuando tuvo en sus manos su primera guitarra. "No me solté hasta que toqué el 'Clásico' de 'Revólver'", señala el artista, que cuando se sienta a componer se vuelve romántico, sus letras hablan de amor y más amor, de relaciones. Eso sí, confiesa, que tiene cassettes que por una cara está "Metallica" y en la otra "Eros Ramazotti". Se define como un tío tímido, que comenzó a serlo menos con su primera experiencia musical como miembro de una orquesta de bodas. "Aprendí a quitar el miedo", dice el artista, que un buen día decidió centrarse en su trabajo y aparcó la música. Hace dos años que volvió a tocar, en febrero de 2016, y Avilés y su afición a la música tienen una gran responsabilidad en esto. "Avilés me impulsó, la gente viene una vez a verte y repite. En Avilés te dan una oportunidad como me la dio Pablo, de La Llosa, Guty del Lord Byron, el Mystic,... siempre cuentan conmigo", señala este hombre que se estrenó a tocar en Avilés en la plaza Carlos Lobo y confirma el aprecio por la cultura musical de la ciudad. "Esta actividad no existe en ningún sitio", afirma el artista que ha tocado en bodas y comuniones, conciertos en bares, fiestas privadas y lo que le echen.

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