Un exigente test que medirá y evaluará al menos trescientos parámetros de funcionamiento, precisión y calidad de los materiales y las soldaduras que han dado forma al aparato, construido en el taller avilesino de la empresa Asturfeito, es la prueba que le falta por pasar a la montura del LSST, el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos, antes de ser enviada a Chile para su emplazamiento en cerro Pachón. Este telescopio con cuerpo metálico asturiano será el mayor del mundo y está llamado a marcar un hito en el estudio del cosmos y sus secretos.

La firma Asturfeito, especializada en proyectos metalmecánicos de máxima complejidad técnica, suministra el esqueleto del gran telescopio: un armazón metálico de casi 16 metros de diámetro y 375 toneladas de peso (el equivalente a unos 320 coches) que permitirá mover el gigantesco "ojo" hacia cualquier lugar del cielo y que albergará la cámara de fotos más grande jamás fabricada, de 3.200 megapíxeles.

Asturfeito consiguió el contrato en 2014, como adelantó este periódico, y desde ese momento se ha volcado en la construcción del artefacto en sus instalaciones del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). El próximo día 14, el Presidente del Principado, Javier Fernández, tiene previsto visitar el taller donde se halla el telescopio para conocer de primera mano las características del mismo.

Según las previsiones de la empresa constructora, el coloso de la ingeniería fabricado en Avilés saldrá por el puerto local despiezado después del verano, una vez que concluya el test de calidad y funcionamiento, que se presume que será favorable. El telescopio se volverá a montar de nuevo cuando llegue a su destino en Chile, a 2.600 metros de altitud. Está previsto que el LSST empiece a funcionar en fase de pruebas en 2019.

El objetivo de este telescopio único es desarrollar un estudio del cielo durante diez años, realizando un barrido de la bóveda celeste cada dos días. Esto permitirá acumular una cantidad ingente de información, desconocida hasta ahora, y detectar cualquier cambio en el cielo en cuestión de segundos. Se recopilarán 200 petabytes de información, el equivalente a la capacidad de almacenamiento de 200.000 ordenadores domésticos.