El campo de golf de Los Balagares cumple diez años inmerso en la más absoluta incertidumbre. Por estas fechas hace una década, uno de los proyectos estrella de Corvera pasaba la inspección técnica de la Federación Española de Golf, a punto de abrir sus puertas: 18 hoyos, 5.273 metros de longitud y 326.776 metros cuadrados de terreno para disfrute los amantes de este deporte. Hoy, la instalación sigue abierta, albergando competiciones, entrenamientos y cursos, pero en medio de unos problemas económicos que nublan su futuro.
Concretamente, la concesión por 50 años a una empresa, Dolabay Erma, está actualmente embargada y en subasta por una deuda con el Ayuntamiento, por impuestos y plusvalías derivados de la venta de los terrenos y por el pago de la cuota de concesión. Dicha subasta ya quedó una vez desierta, pero el Consistorio tiene fundadas esperanzas de que ahora haya ofertas para poder recuperar el dinero para las arcas municipales. La gestión está en manos de otras personas, a las que la empresa concesionaria ha cedido la dirección del campo.
Los primeros años de la instalación deportiva de Los Balagares fueron como se esperaban. Se convirtió en una referencia, abriendo un deporte como el golf al público en general y albergando competiciones de prestigio. Sin embargo, la crisis económica, que afectó a este deporte en general, se cebó con el campo, especialmente, porque la empresa concesionaria empezó a tener problemas internos. De hecho, es la misma empresa que construyó la urbanización de Los Balagares y que terminó abandonando las obras a medio terminar. "La concesión fue extraña desde su inicio. La USPC y el PP se la regalaron a Dolabay Erma por 3.000 euros al año, una cantidad irrisoria, que además es por medio siglo y sin actualizaciones del IPC", señala el alcalde, Iván Fernández.
Los actuales gestores, que asumieron la dirección de la instalación hace apenas unos meses, continuarán hasta que la subasta tenga éxito, ya que el Ayuntamiento de Corvera no se plantea por el momento aprovechar la opción de quedarse con la concesión si la nueva subasta también acabara en fracaso.
El diseñador del campo, el gijonés José Manuel Canfrán, fue padre de otros como el de La Deva, en Gijón, o Golpe, en La Coruña. En mayo de 2008, con el campo ya terminado, el especialista lo describió "con un trazado técnico y estilo americano, donde los jugadores disfrutarán tanto si son experimentados como principiantes", algo que aprovecharon los dueños de la concesión en los primeros años. Eso sí, la instalación no abrió sus puertas hasta el mes de junio. Diez años después, puede cambiar de manos para vivir una segunda juventud.
