La fábrica avilesina de Saint-Gobain, antigua Cristalería Española, ha entrado de cabeza en el siglo XXI aprovechando los años de especial virulencia de la crisis para reenfocar su forma de organizar el trabajo e introducir modelos novedosos basados en la digitalización y la plena implicación de los trabajadores en los objetivos de la compañía.
Los primeros frutos de ese cambio de paradigma empiezan a verse ahora: la planta local de Sekurit (la que fabrica parabrisas) ha obtenido la certificación de calidad Silver WCM (plata), que en la escala de valor de la multinacional sólo está por debajo de la Gold WCM (oro), inalcanzable hasta la fecha para cualquier fábrica del mundo; mercados antes inaccesibles como el de los coches de lujo americanos se han abierto para los parabrisas avilesinos; y los resultados al término del primer trimestre de 2018 fueron los más positivos en años.
La clave del cambio, según traslada al menos la empresa, es el destierro definitivo del "ordeno y mando" como fórmula de gestión y el paso a un modelo de organización laboral donde el trabajador es alentado a ser partícipe de la mejora continua del proceso productivo, corresponsable de todo lo que ocurre en sus áreas de competencia y operario "integral", entendiendo por tal el que no sólo se limita a manejar una máquina sino que, además, se ocupa, por ejemplo, de su mantenimiento, de la prevención de averías y de que haya un entorno de trabajo seguro a su alrededor.
La nueva filosofía laboral del gigante del vidrio supone la quiebra casi definitiva del modelo taylorista de organización del trabajo. El taylorismo predicó a comienzos del siglo XX un sistema de organización racional del trabajo basado en la aplicación de métodos científicos de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial. El fin último del taylorismo era maximizar la eficiencia de la mano de obra, de las máquinas y las herramientas mediante la división sistemática de las tareas, la organización del trabajo en secuencias y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento y la supresión de toda improvisación en la actividad industrial.
Fuentes de Saint-Gobain han comentado a este diario que la introducción en la planta avilesina de Sekurit de la filosofía WCM (World Class Manufacturing, un sistema de organización de la producción que persigue mejorar la eficiencia y garantizar la fabricación de productos de calidad, eliminando los desperdicios y pérdidas mediante el compromiso de todos los niveles de la organización) "nos proporciona unas buenas bases para trabajar; por eso, es crucial formar, involucrar y concienciar al personal de su importancia para que todos caminemos hacia la misma meta".
En el caso de la planta avilesina, "nuestro siguiente reto es lograr el nivel Gold y ser lo que el grupo denomina planta 'smartworkplace', una fábrica inteligente, donde la digitalización gana terreno, no hay riesgos en máquinas, se da formación continua para los operarios en materias como seguridad, calidad y mantenimiento y se tiene un nivel muy alto de 'visual management'".
Gestión visual
Otro concepto novedoso: el "visual management" es traducible como "gestión visual" y consiste en conseguir que la información llegue a todo el mundo, tanto directivos como operadores, de forma ágil y efectiva. Esta técnica se basa en el uso de paneles -de hecho la planta de Sekurit está llena de ellos- que contienen instrucciones, objetivos, normas de funcionamiento... Una información que no emana directamente de los jefes, sino que, por ejemplo, la genera el equipo durante reuniones de trabajo.
Los defensores de este modelo de organización laboral sostienen que si cada pieza del equipo es consciente de su papel y se considera parte activa del proceso productivo, si ha aprendido el proceso completo y las consecuencias de cada una de las actividades, está preparado para mejorarlo. Con el "visual management" se aspira, a favorecer la comunicación y la colaboración de los equipos, dejando las estructuras taylorianas de "ordeno y mando" y potenciando las fórmulas cooperativas.
Evitar averías
"El gran paso de la categoría 'Bronce' a la 'Silver' se ha visto reflejada en la involucración del personal de la fábrica. En el escalón 'Bronce' nos había quedado claro el sistema con el que hay que trabajar, pero a un mero nivel de 'responsables': es en el escalón 'Silver' donde hay que hacer cascada de información e involucrar a todo el personal. Los operarios ya son conscientes de que este trabajo es también para ellos. Y cada vez más, vemos visible su participación en la resolución de los problemas, analizándolos en detalle, sugiriendo acciones de mejora, e incluso desarrollando ellos mismos herramientas útiles para ganar eficiencia".
En cuanto al proceso productivo, en lo relacionado a las máquinas, "lo que se intenta con el sistema WCM a estos niveles es evitar averías en las líneas de producción. Esto lo conseguimos controlando las máquinas mediante acciones preventivas. Antes de que algo se estropee, intentamos mejorar aquello que esté fallando para evitar problemas mayores. Otro de los cambios evidentes ha sido involucrar a los operarios en algunas intervenciones de mantenimiento; ellos ya son capaces de poder cambiar repuestos sin necesidad de esperar a por el personal de mantenimiento, por lo que ganamos mucho tiempo", añaden las fuentes directivas.
Los resultados de todo lo anterior, según la empresa, son notorios: "Las mejoras dentro de la planta de Sekurit tras haber alcanzado el nivel 'Silver' se perciben en la optimización del proceso de producción -se han mejorado tiempos, eliminado y reducido pérdidas, que ahora es más eficiente en cuanto a gestión de máquinas y de personal". El sistema WCM no es exclusivo del área productiva; Saint-Gobain también trata de extrapolarlo a los departamentos de Recursos Humanos, Calidad, Logística, Lanzamiento de nuevos productos, Lanzamiento de nuevas obras de ingeniería?
Avilés ya tiene una fábrica de vidrio del siglo XXI.
