La Autoridad Portuaria de Avilés propuso el pasado 12 de abril, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, multar a aquellos que accedan en el espigón de San Juan de Nieva, en días de oleaje. Tras la muerte de Élida Fernández, la ciudad se volcó en redes sociales y muchos fueron los que comentaron la peligrosidad del lugar. Sin embargo, del dicho al hecho hay una gran distancia, ya que los vigilantes del lugar están cansados de amonestar verbalmente a los viandantes que hace caso omiso de los carteles que advierten del peligro. "Es indignante", comentaron a este medio.

La sanción a la que se exponen quienes infringen la prohibición de acceso al dique es de trescientos euros, en virtud del reglamento regulador de usos de los espacios portuarios. Desde la presidencia de la Autoridad Portuaria se apela al "sentido común" de la gente para no tener que multar, pero del mismo modo se hace ver que es "inadmisible" la puesta en peligro de vidas de forma tan gratuita.

La muerte de Élida Fernández puso de manifiesto de forma dramática el peligro del oleaje en el dique de San Juan. Una gran ola lanzó a la fundadora del grupo de "running" del parque de Ferrera contra la escollera del espigón. La acompañaba otro corredor, Pablo Álvarez Ortiz, que también cayó, pero logró regresar al dique por sí mismo y dio la voz de alarma. El operativo de rescate dispuesto sacó a tierra a la atleta, pero no logró sobrevivir.