La preocupación en el área sanitaria avilesina por los episodios de agresiones a los profesionales de la salud -41 durante 2016, el último año con datos disponibles- crece a la misma velocidad que el número de casos, que ya afectan a 3 de cada cien trabajadores facultativos o del área de enfermería, la más expuesta a la ira de los pacientes. Ese ratio es de 2,35 casos por cada cien profesionales para el conjunto de Asturias, lo que evidencia que la situación de la comarca es peor que la media regional. No obstante, el Principado figura entre las comunidades autónomas españolas con menor incidencia de las agresiones al personal facultativo, según los datos contenidos en una memoria que ha elaborado el Servicio de Salud del Principado y que ayer presentó el gerente del área sanitaria avilesina, Enrique González, al Consejo de Salud del Área Sanitaria.

De las 41 agresiones a profesionales de la salud producidas en 2016 de las que se tiene constancia, 9 fueron de tipo físico, 4 consistieron en amenazas y las 28 restantes se enmarcan en la llamada "violencia verbal". En consideración a que ese año la plantilla de personal médico y no facultativo del área sanitaria estuvo compuesta por 1.337 personas, la media resultante es de 3,06 agresiones por cada cien trabajadores. Para el conjunto de Asturias, con 234 agresiones notificadas y una plantilla de 9.961 personas, el ratio es de 2,35 agresiones por cada cien sanitarios.

Enrique González detalló que, en el conjunto del Principado, las principales víctimas de las agresiones al personal sanitario son las mujeres (en el 83 por ciento de los casos) y que detrás de las mismas suele haber la figura de un hombre (en seis de cada diez casos). Así mismo, el 77 por ciento de las agresiones se quedan en términos "verbales".

El consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, expresó hace apenas un mes en la Junta General su inquietud por el repunte de las agresiones "en los últimos tres años" y en su análisis sobre los orígenes de este fenómeno habló de "un entramado causal de gran complejidad" que tiene ingredientes sociológicos -el incremento de la inclinación colectiva a la "violencia interpersonal"- junto a "una sensación de insuficiente información, peticiones no atendidas, el malestar por el tiempo de espera", los antecedentes psiquiátricos o la toxicomanía de los agresores...

Alejandro Braña, presidente del Colegio de Médicos de Asturias, manifestó a los pocos días el "total rechazo" de esa corporación a las agresiones contra el personal sanitario. "Es necesario resolver de manera efectiva este riesgo, que no sólo es intolerable desde el punto de vista personal, sino que produce una fractura radical de la relación médico-paciente, deteriorándose muchas veces de manera irreversible", agregó.

De momento, la herramienta más valiosa al alcance de los profesionales sanitarios es la existencia de un protocolo de actuación que marca la pauta de qué hacer ante una agresión y regula los apoyos que puede recibir la víctima. Como telón de fondo, la reforma del Código Penal de 2015 reconoció como delito de atentado contra la autoridad las agresiones a sanitarios, pero en la práctica esa modificación apenas ha tenido efectos prácticos, según los colectivos profesionales médicos.