Las fiestas de prau son, sin duda, una de las cosas que más define Asturias. Y más de cara al verano que estamos a punto de afrontar. Queda poco más de un mes para San Juan, la primera gran celebración del verano astur, y varias asociaciones de vecinos de Avilés levantan la voz contra los problemas que atraviesan las fiestas de prau. Pero estas asociaciones no son las únicas. En Gijón, por ejemplo, el Ayuntamiento ha propuesto que los impulsores de estos festejos tradicionales contraten su propia seguridad privada.
Después de luchar durante años contra el "botellóna lo largo y ancho de todo el Principado, la falta de relevo generacional es ahora uno de los principales problemas a los que se deben enfrentar quienes organizan fiestsa de prau.
El caso de Avilés
Versalles, La Luz y Valliniello no remontan: la escasez de recursos económicos, las trabas y las dificultades burocráticas y la falta de relevo generacional en las asociaciones avilesinas han dado al traste con fiestas que edición tras edición congregaban a cientos de fieles. Este año, en el Carbayedo habrá también un día menos de folixa y en Gozón, por ejemplo, no se celebrará la segunda edición del festival musical "Luanco al mar". Las Bárzanas, Salinas, Naveces y Santiago del Monte, todas en Castrillón, también se caen del calendario festivo. Otros colectivos rejuvenecidos, como el de Jardín de Cantos, en Avilés, sí está decidido a sacar adelante al menos dos días de fiesta. Es la cara y la cruz de la folixa comarcal.
Las asociaciones vecinales coinciden en señalar las dificultades con las que se encuentran cada año para celebrar las fiestas populares en sus barrios, la principal actividad de cuya organización son responsable. Seguros, inspecciones, servicios y derechos de autor son algunos de los obstáculos que deben sortear para que los folixeros lo tengan todo a punto. El otro escollo radica en la falta de gente, especialmente los jóvenes, dispuesta a echar un capote.