"Oro de la tarde", la última exposición de Consuelo Vallina (Ribadesella 1941) y que desde ayer puede contemplarse en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones, parte de la poesía de Aurelio González Ovies, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, por traerle a la memoria recuerdos y sensaciones de su infancia. La muestra, continuidad de otras dos anteriores tituladas "Ciclos" (relacionada con los haikus) y "Viaje al invierno" (sobre la música), reúne cuarenta obras calificadas por la artista de "poéticas, serenas, que aíslan del ruido y con las que pretendo que se esté a gusto".

Los trabajos, agrupados en dos series -pintura sobre lienzo y tinta china sobre papel-, rompen con la línea anterior de la artista y con ellos Consuelo Vallina ha querido crear "espacios para la reflexión, que den un poco de paz y tranquilidad", según manifestó en la apertura de la exposición.

En los lienzos que se pueden contemplar hasta el día 30 de junio intentó, dijo, plasmar la luz del norte frente a la mediterránea que caracterizan sus anteriores creaciones. En el proceso de creación, reconoce haber tenido cierta influencia de los pintores románticos, en especial del paisajista alemán Friedrich, y de la pintora americana abstracta Helen Frankenthaler, que utilizaba el agua en sus trabajos. "Esta serie es un poco una mezcla de todo ello", afirma.

Los círculos protagonizan las obras expuestas, una imagen que gustan a la artista, comenta, y que están acompañados de salpicaduras, chorretones, nódulos y costras. "Intento hacer un tipo de pintura que tenga una factura contemporánea; no pinto con pinceles, renovarse plásticamente me parece importante pero conservando la sensibilidad y la calidad de las buenas obras", indicó.

Los cuadros, explica la autora y presidenta de la Asociación de Artes Visuales de Asturias, son fruto de un trabajo realizado en horizontal, "donde dejo que se mezclen en parte los colores, que corren a su aire pero con cierto control", concluye.