Con imaginación, ingenio y destrezas manuales, el colegio de Educación Infantil Sagrada Familia transforma una caja de cartón, un trozo de madera o un envase de leche en un juego educativo con el que los pequeños alumnos descubren texturas, desarrollan la creatividad, aprenden colores y se divierten. Muchos de los objetos que forman parte de la vida cotidiana son los elementos protagonistas del proyecto "1,2,3... lo aprovecho otra vez" con el que el centro dependiente del Arzobispado acaba de obtener uno de los premios a la excelencia e innovación educativa que concede la Asociación Mundial de Educadores Infantiles.
"Llevamos trabajando con estos objetos desde hace mucho tiempo gracias a la colaboración de los padres, a los que pedimos que no tiren nada ya que con todo lo que nos aportan, los niños pueden crear, explorar, investigar y desarrollar la imaginación, mucho más que con un juguete convencional ", señala Cristina Cartón Losas, coordinadora del proyecto, para quien el premio es "un reconocimiento al esfuerzo y a la labor que hacemos".
