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Nacho da Cappo improvisa su muerte

El músico de jazz avilesino fallece en Suiza para asombro de sus conocidos, que sabían que estaba enfermo, pero no la gravedad

Da Cappo, tocando el piano en un concierto. BÉZNAR ARIAS

"Eras una persona terrenal, centrada en el presente, abrazabas tus problemas sin compadecerte y sin que el miedo cambiase tu rumbo". Facebook recogía ayer decenas de mensajes como este, pequeños guiños bañados en lágrimas por la pérdida inesperada de uno de los mejores músicos de Avilés: Nacho da Cappo.

"Era un gran amigo, empezamos en el jazz al mismo tiempo", decía ayer, abatido, Isaac Turienzo, también avilesino. "Hubo una serie de músicos que coincidimos en la misma época, en la Transición. Unos nos decantamos por el jazz, otros por el rock... Pero todos queríamos personalizar nuestra música y Nacho fue uno más", precisa Turienzo, que puntualiza: "Todos teníamos algo en común: nuestras familias estaban en contra de que nos dedicáramos a la música, pero teníamos un público incondicional que nos empujaba". Ayer Isaac Turienzo no se explicaba la muerte de Nacho da Cappo. "Sabía que estaba enfermo, pero no tan grave".

Nacho da Cappo vivió en Avilés. Luego, en una búsqueda incansable de nuevos lenguajes musicales, pasó por Mallorca, Alicante, Oviedo... Últimamente estaba asentado en Suiza (Ginebra). Ayer las palabras en recuerdo de Nacho da Cappo se sucedían en las redes sociales. Hubo quien le dedicó el padrenuestro de David Bowie. Entonces, un abril de 1992, Bowie participaba en un concierto homenaje a su amigo Freddy Mercury, fallecido pocos meses antes. Fue entonces cuando hincó la rodilla y rezó el Ppadrenuestro por el cantante de "Queen" y el estadio de Wembley, en Londres, estalló en aplausos. Ayer los aplausos fueron para Nacho da Cappo, "un grande", como le recordaban sus colegas.

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