Avilés se engalanó ayer para festejar, de acuerdo a la tradición, el Corpus Christi. Alrededor de un centenar de niños de las diferentes parroquias de la villa participó en la misa solemne que presidió el recién ordenado sacerdote Ángel Vilaboa, avilesino de 28 años. "Para mi es un orgullo participar en esta fiesta. A la parroquia de San Nicolás también la considero mi casa por los muchos momentos vividos aquí con la Cofradía", dijo el sacerdote, que pertenece a los Sanjuaninos. Ante decenas de personas que abarrotaron el templo, Vilaboa dedicó la homilía a los más pequeños. Les habló de la amistad y de Dios.

Uno de los momentos más esperados por los fieles fue la consagración, seguida por la interpretación del himno nacional por parte de la Banda de Música de Avilés. Como estaba previsto, se usó un cáliz barroco del siglo XVII, regalo a la parroquia del cardenal González de León. Los niños de la Escolanía de San Nicolás también participaron en la misa a las órdenes de Carmela García. Destacó también el canto de canarios y jilgueros que llevaron algunos devotos para que acompañaran con sus cánticos a los niños de comunión.

Alrededor de las doce y media de la mañana, una hora después del comienzo de la eucaristía, salió la procesión por las calles del casco histórico. Debido a la lluvia la organización decidió acortar el recorrido por La Fruta y San Bernardo hasta la iglesia de San Antonio, donde se realizó una parada para recibir la bendición ante los Terciarios Franciscanos. De nuevo en la iglesia de San Nicolás, la procesión se disolvió. Este año la carroza del Corpus llevó también una imagen de plata de la Santina de Covadonga bendecida por el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, con motivo del año santo de Covadonga.

Los niños, entre tanto, casi todos con traje de marinero, y las niñas, de blanco, animaron las calles de la ciudad y cumplieron con el recorrido bajo la atenta mirada de sus familiares, que inmortalizaron cada instante con fotografías. La lluvia no chafó la ilusión de los más pequeños, que cumplieron con la tradición en una fila de dos.

Alfombras

Los avilesinos engalanaron como cada año los balcones con estandartes y tapices y la Banda de Música de Avilés acompañó la procesión, en la que participaron autoridades civiles y militares así como los hermanos mayores de las cofradías de Avilés. También de acuerdo a la tradición se pisaron cinco alfombras florales y sal -una más que el año pasado- que llamaron la atención de los participantes en el Corpus Christi por su calidad. Dos de estas obras de arte estaban a salvo de la lluvia en el pórtico de la iglesia de San Nicolás de Bari -una estaba dedicada al 150 aniversario de la parroquia-, otras dos en el claustro del mismo templo y la quinta en la puerta principal de la antigua iglesia de los Padres. Las alfombras fueron confeccionadas por los catequistas de la parroquia, las cofradías de la Dolorosa y San Pedro de Rivero y la hermandad del Beso de Judas.